Langhe, Roero y Monferrato entre precios viñedos, pueblos y castillos
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estos son los magníficos paisajes de Langhe, Roero y Monferrato, de donde se producen los grandes vinos piamonteses italianos: el Barolo y el Barbaresco.
Esta joya de Piamonte, con sus seductores paisajes, se ha convertido en parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Qué son y dónde se encuentran Langhe, Roero y Monferrato
Langhe, Roero y Monferrato se encuentran en el bajo Piamonte, en una zona situada entre el río Po y los Apeninos ligures, divididos entre las provincias de Alessandria, Asti y Cúneo.
Más que una zona, es un microcosmos único de paisajes y entornos vitivinícolas en los que el hombre y la naturaleza siempre han convivido de la mejor manera posible.
Historia e información sobre Langhe, Roero y Monferrato
Durante la Segunda Guerra Mundial, Langhe fue el escenario de la lucha de la resistencia partisana, descrita en las novelas de Beppe Fenoglio. Con la restauración de caseríos y castillos, agroturismos, museos etnográficos y una considerable producción agrícola, la zona ha vuelto a florecer desde los años 90.
Por qué el territorio de Langhe, Roero y Monferrato es patrimonio de la Unesco
Los paisajes vitivinícolas de Piamonte en Langhe, Roero y Monferrato se convirtieron en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2014.
La zona clasificada incluye numerosos municipios y 6 áreas en particular: Langa del Barolo, las colinas de Barbaresco, Nizza Monferrato y Barbera, Canelli y Asti Spumante, Monferrato degli Infernot (antiguos sótanos profundos excavados directamente en una roca particular parecida a la toba) y el castillo de Grinzane Cavour.
Se trata de lugares maravillosos descritos por la Unesco como un excepcional testimonio vivo de la tradición histórica del cultivo de la vid y de los procesos de elaboración del vino. Los viñedos de Langhe, Roero y Monferrato son, por tanto, un ejemplo excepcional de la interacción del hombre con su entorno natural.
Los lugares más bonitos para visitar en Langhe, Roero, Monferrato: 9 etapas
Viñedos hasta donde alcanza la vista, caseríos, bodegas centenarias y pueblos con torres y castillos medievales que se elevan en un armonioso panorama: ¿qué ver en Langhe?
Partimos de La Morra, un pueblo situado en uno de los puntos más panorámicos de la Baja Langa con su mirador: la vista abarca desde los Alpes ligures hasta la zona de Asti. He aquí dos de los lugares más fotografiados de Langhe: el cedro centenario del Líbano y la capilla de Barolo.
La siguiente parada es Neive, uno de los pueblos más bonitos de Italia con su trazado medieval aún intacto. Forma parte de la tierra de los 4 vinos: Barbaresco, Barbera, Moscato y Dolcetto, pero también es una zona interesante para los amantes del aguardiente.
Cherasco es la excusa perfecta para un fin de semana en Langhe. Ciudad de época romana, llena de cultura y arte, se caracteriza por sus extensos viñedos, colinas y canales.
Una experiencia inolvidable garantizada es un viaje a Barbaresco, un pueblo medieval sobre el río Tanaro, al este de Alba. Es famoso por su torre de 36 metros de altura, la más alta de todo el Piamonte, con vistas al majestuoso panorama que va desde el Monte Rosa hasta Monviso. El homónimo vino tinto procede de esta zona.
Siguiendo con los pueblos, Monforte d 'Alba también merece una parada: su casco antiguo te encantará, con sus casas aferradas a las laderas de una colina. En el borde de Langhe se encuentra Santo Stefano Belbo, lugar de nacimiento de Cesare Pavese.
Importante atracción en la lista de la UNESCO es el castillo de Grinzane Cavour, que es el símbolo de la zona y está vinculado a la figura de Camillo Benso Conde de Cavour, desde donde se alberga el museo etnográfico, la tienda de vinos regionales y la sede de la subasta mundial de trufas blancas. En definitiva, Alba y Cúneo son destinos a los que dedicar varios días para descubrir la zona y saborear sus encantos.
Productos típicos de Langhe, Roero, Monferrato: 7 delicias
Las numerosas excelencias gastronómicas y vinícolas convierten a Langhe en un patrimonio único en el mundo. Comienza con los vinos: el Barolo es un tinto que debe envejecer al menos 3 años, de los cuales al menos 18 meses en barricas. El Dolcetto d 'Alba es un vino con denominación de origen cuya producción tiene lugar en las provincias de Asti y Cúneo y que, tradicionalmente, es el que más se bebe durante las comidas en Langhe.
El legendario Barbaresco, un famoso vino que proviene de las margas, terrenos compuestos por arena, caliza y arcilla. Es imposible disfrutar de la zona sin saborear una copa de Nebbiolo d 'Alba, elaborado con uvas Nebbiolo puras cultivadas en una amplia región entre Langhe y Roero. El viaje enológico puede terminar con un (algunos dicen una) Barbera, tradicionalmente para los almuerzos, antaño considerado rudo y famoso por ser áspero y persistente, y que hoy ha crecido rotundamente en calidad. Además de la buena bebida, la buena comida: la trufa blanca de Alba es una delicia gastronómica ineludible. Se puede decir algo parecido de las avellanas de Langhe.