Naturaleza, arte, cultura, deporte y buena comida: bienvenido al Alto Adigio

El largo proceso de germanización del Alto Adigio comenzó después del colapso del Imperio Romano de Occidente. Su territorio estuvo incluido en el Condado del Tirol durante más de 5 siglos y luego pasó en gran parte a depender del Reino de Baviera entre 1806 y 1918.

Con el final de la Primera Guerra Mundial, volvió a Italia, pero la protección de la minoría lingüística alemana en la zona tuvo que esperar hasta el Tratado de París del 5 de septiembre de 1946, conocido como Acuerdo De Gasperi-Gruber.

Habitado desde la Edad del Cobre, el Alto Adigio esconde desde hace milenios huellas de una civilización perdida. Al pie del glaciar de Similaun, a 3213 metros, se encontró en 1991 el Hombre de Similaun, la momia perfectamente conservada de un hombre que vivió entre 5300 y 5200 años atrás.

Situada en una cuenca rodeada de montañas, Bolzano es una ciudad encantadora, punto de encuentro entre las culturas mediterránea y centroeuropea, como demuestran su arquitectura, sus callejones, sus arcos y las plazuelas de su centro histórico. Alberga el Museo de Arqueología del Tirol del Sur, en el que se conserva Ötzi, conocido mundialmente como la momia de Similaun. En las afueras de la ciudad se encuentra el Castel Roncolo, un imponente castillo de 1237 en el que se conservan estupendos frescos seculares de la época medieval.

Tanto en verano como en invierno, el Alpe di Siusi, la mayor pradera alpina de Europa, acoge a miles de visitantes en busca de sol, romanticismo y paisajes impresionantes. Allí, en el hermoso Valle de Gardena, se encuentran los hermosos pueblos de Castelrotto, Siusi allo Sciliar, Fiè allo Sciliar y Tires al Catinaccio. Con los esquís en los pies, tendrás las mejores pistas de tu vida.

Merano, con sus baños termales, ofrece todo el bienestar con 25 piscinas, zona de sauna y un spa de última generación, a un paso de la zona de esquí con pistas de diferente dificultad y un parque de nieve.

Brixen, en el valle de Eisack, es uno de los más pintorescos del Alto Adigio y un lugar mágico para los esquiadores.

Si quieres descubrir la verdadera joya de la Val Pusteria, Brunico y su imponente castillo episcopal te esperan a una hora de Bolzano.

Las Tres Cimas de Lavaredo, símbolo de los Dolomitas, son una visita obligada en el Alto Adigio para esquiadores y excursionistas. Si quieres llegar al mirador más popular, elige el Rifugio Locatelli a 2450 metros de altitud.

Las maravillas naturales del Alto Adigio se suceden.

El lago de Braies, en el valle homónimo, a 1496 metros de altitud, es una joya esmeralda rodeada por los Dolomitas.

Más pequeño pero impresionante, es el lago de Carezza en Val d'Ega, conocido como el lago del arco iris por los reflejos de la luz del sol en el agua esmeralda.

Descubre el lago de Rèsia, en Val Venosta, con el antiguo campanario de Curon que surge del agua.

Las cascadas de Stanghe en Racines, son un espectáculo de la naturaleza que podrás descubrir caminando por puentes de madera a través del desfiladero tallado por la fuerza del agua a lo largo de los siglos.

Si buscas tranquilidad y relax en el corazón de los Dolomitas, piérdete en Val di Funes, mientras que para esquiar en las mejores pistas de la región, el punto de referencia es el Dolomiti Superski con más de 1200 kilómetros de pistas divididas en 12 áreas de esquí diferentes, incluyendo el área de Plan de Corones con 8 remontes para probar.

Justo por encima del pueblo de Ortisei, se puede llegar al Monte Seceda en teleférico, para una experiencia única, recomendamos la excursión de esquí alrededor del gran macizo del Sella, conocida como la Sellaronda por su recorrido circular.

Si buscas lugares insólitos en el Alto Adigio, fuera de los caminos trillados, explora la zona de senderismo de Obereggen, en Val d'Ega, con más de 48 kilómetros de pistas.

Para descansar del esquí, puedes elegir entre los Jardines del Castillo de Trauttmansdorff en Merano, un anfiteatro natural con más de 80 ambientes botánicos y una superficie de 12 hectáreas, y las pirámides de tierra de Renon, un monumento natural en las afueras de Bolzano de más de 25 000 años.

¿Cómo resistirse a los productos típicos del Alto Adigio? ¡Imposible!

Desde los deliciosos pretzels hasta las bratwurst, la cocina de la zona muestra las influencias del dominio germánico.

Si te gusta el queso, prueba el Fontal, combinado con el Speck Alto Adige.

Toma una rebanada de pan, mermelada de bayas y descubre el sabor único de la mantequilla de malga o, como alternativa, las Manzanas Alto Adige IGP de la provincia autónoma de Bolzano.

Si buscas una bebida única, la Grappa de Heno del Alto Adigio, te calentará incluso en los días más fríos con sus delicados aromas que recuerdan el olor de los pastos de montaña y los prados segados.

Si decides pasar las fiestas en el Alto Adigio, no te pierdas los mercados de Navidad entre Bolzano, Merano, Bressanone y Brunico desde finales de noviembre hasta el 6 de enero.

La primavera también ofrece experiencias únicas en la región. Durante todo el mes de abril, podrás pasar días inolvidables en Lana por la fiesta de las flores, mientras que entre finales de abril y mediados de mayo, el Festival de las Flores de Bolzano ofrece un rico programa de danza, música y teatro del más alto nivel en un sugestivo viaje por la naturaleza y el arte.

El 1 de mayo, dirígete a Naz-Sciaves para asistir a la Fiesta Real de la Flor, con un gran desfile de disfraces, bailes folclóricos y un mercado de artesanía y productos agrícolas locales.