Val d'Orcia, suaves colinas entre viñedos y pueblos medievales
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Esto es Val d'Orcia, incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 2004. Un encuentro único entre el arte y la naturaleza, lleno de testimonios del pasado, con un paisaje natural rediseñado durante el Renacimiento para reflejar los ideales de "buen gobierno" de la ciudad-estado italiana.
¿Qué es Val d'Orcia y dónde se encuentra?
Val d'Orcia es una amplia y hermosa campiña del sur de la Toscana, cerca de la frontera con Umbría y en las laderas del monte Amiata, que se extiende a lo largo del interior agrícola de Siena. Llamado así por el río Orcia que lo atraviesa, es un parque protegido donde la protagonista absoluta es una naturaleza sorprendente. No es casualidad que uno de los elementos más fotografiados sean los famosos cipreses de Val d'Orcia, cerca de San Quirico d'Orcia.
En el Val d'Orcia, en la provincia de Siena, destacan también las cretas sienesas, colinas arcillosas erosionadas por el tiempo y que forman los característicos calanchi (barrancos) y biancane, desnudos y escarpados bajorrelieves redondeados con un indudable encanto casi lunar. Sus típicos pueblos medievales toscanos, como Pienza, Montalcino, Castiglione d'Orcia y San Quirico d'Orcia, son destinos perfectos para que te sumerjas en el alma del lugar, al tiempo que saboreas sus conocidas especialidades gastronómicas y vinícolas.
Historia e información sobre Val d’Orcia
Val d'Orcia aún conserva su sistema de asentamientos, es decir, los pueblos medievales de la Toscana, que siguen atrayendo a turistas de todo el mundo. Formados principalmente por castillos y fortalezas, se desarrollaron en el año 1000-1100 en torno a la vía Francígena, el gran camino que conectaba Francia y el norte de Italia con Roma.
Lugares como Montalcino, San Quirico y Castiglione fueron fundamentales para el desarrollo cultural y urbanístico del valle, al igual que Pienza, lugar de nacimiento de Enea Silvio Piccolomini, el futuro Papa Pío II. Pienza está considerada la ciudad ideal del Renacimiento y fue el propio Piccolomini quien indicó las opciones urbanísticas de la ciudad en el siglo XV.
Por qué Val d’Orcia es patrimonio Unesco
Desde 2004, el increíble panorama de Val d'Orcia es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Un tesoro que hay que proteger y potenciar por el excelente estado de conservación del paisaje, gracias a las intervenciones humanas que lo han preservado.
Según la Unesco, el parque de Val d'Orcia es una combinación perfecta entre arte y paisaje, espacio geográfico y ecosistema, expresión de maravillosas características naturales y testimonios históricos.
Un paisaje a veces duro, a veces suave, caracterizado por los depósitos de lava de los volcanes extintos de Radicofani y Amiata, realzado por los pueblos medievales, las carreteras pintorescas y los paisajes de Val d'Orcia.
El sitio de la Unesco incluye también Pienza.
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Una visita a Val d'Orcia debe comenzar en Montalcino, por el encanto de su paisaje, su fortaleza del siglo XIV que domina el territorio y su tradición vinícola de primer orden: aquí nació el legendario vino tinto Brunello di Montalcino.
Continúa hacia Montepulciano, otro pueblo estrechamente vinculado al delicioso vino que produce. Encaramado en lo alto de una colina con vistas a Val d'Orcia y a Val di Chiana, Piazza Grande es su centro, el punto de partida ideal para que pasees por las románticas callejuelas.
La siguiente parada es Castiglion d'Orcia, una terraza natural que domina Val d'Orcia hasta las fuentes del monte Amiata. Sus antiguas torres y barrios están llenos de historia y belleza natural, empezando por el balneario de Bagni San Filippo. Un recorrido por Val d'Orcia debe incluir una visita a Pienza, el pueblo que el Papa Pío II transformó en una maravillosa ciudad del siglo XV.
Por último, la fortaleza de Radicofani también merece una visita: además de dominar un panorama lleno de arcillas y barrancos, hoy es un interesante museo.
Los productos típicos de Val d'Orcia: 4 delicias enogastronómicas para saborear
Vivir plenamente Val d'Orcia significa también apreciar las delicias de la cocina tradicional toscana. Lo primero que tienes que hacer es beber Brunello di Montalcino, el vino tinto orgullo de toda la Toscana.
Es ideal para acompañar a la cinta sienesa, una raza de cerdo criada en Val d'Orcia, con su apreciada carne, materia prima de los embutidos típicos de la zona.
Volviendo a los vinos, el Nobile di Montepulciano es uno de los más antiguos de Italia: se trata de un vino tinto intenso D. O. C. G. mencionado por primera vez en un documento del año 789.
Por último, el pecorino de Pienza, muy curado, capaz de conquistar a los amantes del queso.
