Octava de San Egidio
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La conmemoración histórica más importante de los pueblos del Valle del Tíber.
Las raíces de una tradición centenaria
La Octava de San Egidio, uno de los acontecimientos más esperados por los pueblos del Valle del Tíber, es un momento muy sentido por la comunidad ortanesa y tiene raíces muy antiguas. De hecho, la conmemoración se remonta a la época del papado de Bonifacio IX, concretamente al año 1396, cuando el Papa concedió la indulgencia a todos los que fueran a Orte a rezar a Sant'Egidio.
El evento repite fielmente gran parte de la antigua costumbre, que incluía primero una procesión solemne con la participación de los magistrados de la ciudad y los dieciséis gremios de las artes. Durante la Octava se celebraba también la gran feria de bienes y ganado al otro lado del Tíber: la Fiera dei Campanelli (Feria de los Campanos), capaz de atraer a gente no sólo del valle del Tíber, sino también de gran parte de Umbría.
Siete contradas, una comunidad.
Históricamente, uno de los momentos más importantes de la Octava tuvo lugar a orillas del Tíber, cuando los ciudadanos apoyaban a su respectiva contrada en las carreras, conocidas como "Ludi Tiberini" (o "Calate"). Las carreras por el Tíber siguen siendo uno de los momentos más destacados de la conmemoración y ponen de manifiesto el estrecho vínculo de la comunidad local con su río. Hoy en día, también se celebran actividades deportivas colaterales a lo largo del Tíber, una de las cuales es la "Pedalata delle Sette Contrade", una competición no competitiva con salida y llegada en la Piazza Libertà.
Como toda conmemoración histórica que se precie, los ciudadanos de Orte también compiten desempolvando las viejas artes del tiro con arco y ballesta, las carreras de sortijas a caballo y otros concursos medievales. A los visitantes sólo les queda experimentar los fermentos de la comunidad y saborear el ambiente mágico de la fiesta, viendo los desafíos de las siete contradas: San Gregorio, Porcini, Sant'Angelo, San Giovenale, Olivola, San Biagio y San Sebastiano.
Desde el 31 de agosto, fecha de la bendición de los estandartes, hasta el segundo domingo de septiembre, el evento no cesa. Todas las contradas se alborotan con espectáculos, desfiles, música medieval, juegos, talleres, exposiciones y sabrosas mesas de comida abiertas a todos. Todo ello conduce a la gran prueba final, el Palio degli Arcieri, durante la cual las siete contradas compiten por el codiciado anillo de plata disparando con arcos de madera de estilo medieval.