Sellano

Sobre una colina predominantemente arcillosa, surge Sellano, en un territorio generoso y rico en fuentes. Con los ojos llenos de este encanto de bosques y cursos de agua, se llega al centro de la ciudad, una pequeña joya de historia, tradición y arte: paseando se pueden admirar bellos edificios como el Palazzo Comunale, la iglesia de San Francisco y la iglesia de Santa María, que alberga los restos del Beato Jolo, un ermitaño que vivió en los siglos XIII-XIV y que es ahora el patrón de la ciudad. En los alrededores, las bonitas aldeas son pequeñas joyas para visitar. Y luego, la reina del viaje, será la comida y el vino: Umbria recibe a sus visitantes con sabores intensos, con platos para degustar y vinos para probar. Entre todas ellas, una es la estrella de la mesa: la preciosa trufa negra de Umbria, con su aromático olor que realza y hace únicos los platos con los que se marida.