El lago Trasimeno y sus pueblos

Castiglione del Lago, por ejemplo, surge en lo alto de un promontorio de roca calcárea, bajo el cual se encuentran los restos de numerosas tumbas etruscas, en este pueblecito se pueden admirar el castillo y la muralla medieval del Palacio Ducal, unido por un sendero local a la Rocca del Leone, este fuerte es uno de los más importantes ejemplos de arquitectura militar en Umbría.

En Cittá della Pieve, silencioso y característico pueblo medieval habitado en la época tanto por etruscos como por romanos, se encuentra el callejón más estrecho de Italia. Es la ciudad que vió nacer al pintor Pietro Vanucci, más conocido como el Perugino, este municipio alberga numerosas obras del artista, como la Virgen con niño, conservada en la Catedral de San Gervasio y Protasio o el magnífico fresco de La Adoración de los Magos, en Oratorio de Santa Maria dei Bianchi, en la calle Pietro Vannucci.

También en la pequeña Panicale, no lejos de la Cittá della Pieve, se pueden admirar dos frescos del Perugino, el Martirio de San Sebastián y la Virgen de la Gloria, custodiados en la iglesia del cuatrocientos de San Sebastián.

En la localidad medieval de Passignano, donde se encuentra la Torre de Poniente del siglo XIV, se puede tomar un barco que nos conducirá a la Isola Maggiore (Isla Mayor) que continúa habitada hoy en día. En este magnífico lugar en el que se conserva todavía el pueblo de pescadores del siglo XV se pueden admirar la iglesia románica de San Salvador (siglo XII), la de San Miguel Arcángel (siglo XIV) y la Villa Isabella de los marqueses Guglielmi.

A Maggiore se llega desde Touro sul Trasimeno, antigua ciudad etrusca, conocida porque fue aquí donde tuvieron lugar las etapas decisivas de la batalla entre Aníbal y Cayo Flaminio, de hecho sobre la tumba del comandante romano se erige el renacentista palacio Capra.
La isla más amplia del lago (hay tres) es sin embargo la de Polvese, deshabitada y convertida en parque público, donde se puede admirar el Monasterio de San Segundo, la Iglesia de San Julián y un castillo del siglo XIV, recientemente restaurado.

A diez kilómetros de Passignano se encuentra el pequeño pueblo de Castel Rigone, donde ese conserva uno de las principales obras arquitectónicas del renacimento umbro: el Santuario de María Santísima de los Milagros.
No muy lejos se encuentra Magione, localidad dominada por el Maestoso Castillo de los Caballeros de Malta, reconocido mundialmente por su producción de trabajos en cobre repujado.

Los amantes de la buena cocina tradicional han elegido el lugar adecuado. Aliñado con el apreciado aceite de oliva de las colinas del Trasimeno, no hay que dejar de probar el caldo de pescado, ni renunciar al arroz son la salsa blanca a base de filetes de perca y anguila. No es una casualidad que la feria del pescado que tiene lugar en septiembre sea un auténtico reclamo para numerosos turistas. En dicha ocasión sale a las plazas la sartén más grande del mundo, capaz de freír dos quintales de pescado por hora.

Entre los productos a destacar figuran: el aceite de oliva y los vinos Doc Pieve del Vescovo y Colli del trasimeno, además del Grechetto, el vin santo, el novello, los quesos y la miel. No hay que dejar de probar la típica fagiolina del Trasimeno (una especie de fabada de la zona), reconocida como Presidio Slow Food, el dulce Torciglione y el azafrán. 

Esta es una zona de gran vocación artesanal: todo el mundo conoce los encajes (merletti) de la Isola Maggiore, la cerámica y los objetos en hierro y cobre del Trasimeno.