La iglesia del Tau, dedicada a San Antonio Abad, se caracteriza por la representación del emblema del santo como un anciano de larga barba blanca con un palo en forma de T y un cerdito a sus pies. Esta iconografía está vinculada al supuesto poder curativo de la grasa de cerdo, por el que eran conocidos los frailes, y dio lugar a la acuñación de la expresión «fuego de San Antonio». Además, la cría de cerditos por parte de los frailes tuvo un papel importante en la elevación de la figura de este santo a protector de todos los animales domésticos y a patrón de todas las actividades rurales.
La construcción del convento, que incluía la iglesia dedicada al santo, se llevó a cabo en el territorio parroquial de San Giovanni Fuorcivitas en Pistoia, por iniciativa de Fra Giovanni Guidotti, a mediados del siglo XIV. Dentro del edificio hay tres espacios principales: el jardín cubierto (que originalmente era el huerto del convento), el claustro cubierto y la iglesia con la cripta debajo. A lo largo de los siglos, el complejo ha sufrido notables transformaciones, que culminaron con la supresión de la orden en 1774 y la consiguiente venta a ciudadanos privados. No fue hasta la década de 1980 cuando se restauró el edificio, recuperando la distribución original de los espacios.
La iglesia tiene una sola nave dividida en tres tramos con bóveda de crucería y presbiterio elevado, desde el que se accede a la cripta inferior con cuatro velas que descansan sobre un pilar central. Las paredes presentan un importante ciclo de frescos, realizado en 1372 por Niccolò di Tommaso con la colaboración de Antonio Vite, alumno de Gherardo Starnina. Se trata de una obra que sigue el estilo de la escuela de Orcagna y está destinada a transmitir a los fieles los objetivos de la orden. Las doce velas que cubren la iglesia están dedicadas a historias de las Sagradas Escrituras y a la vida de San Antonio Abad. Todo el conjunto denota fuertes vínculos con la cultura florentina, como demuestra el uso de la «pietra forte», único caso en la ciudad.
Desde 1990, el adyacente Palazzo del Tau alberga la Fundación Marino Marini, que acoge esculturas, pinturas y dibujos del artista de Pistoia.