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Espiritualidad
El itinerario está certificado por el proyecto territorial nacional TCI «Cammini e Percorsi» (Caminos y Rutas)

La Vía de Francisco: entre Umbría y Toscana tras las huellas del santo de Asís

Tipología
ruta a pie
Duración
10 días
Número de etapas
8
Dificultad
Difícil

La Vía de Francisco pasa por los lugares testigos de la aventura humana de Francisco de Asís, santo y patrón de Italia.

Monasterios, basílicas y ermitas: todos estos lugares tienen su lugar en la historia franciscana. En los senderos de la Vía de Francisco hay caminantes de todas las partes del mundo y el ambiente que se respira va siempre asociado a un trasfondo místico y religioso.

En su totalidad, la vía tiene algo menos de 500 kilómetros de largo y serpentea desde el acantilado del Santuario della Verna, no muy lejos de Sansepolcro, en el corazón de los Apeninos toscanos, hasta Gubbio y Asís, para luego continuar a través de las colinas de Umbría en dirección a Roma.

Caminarás por la Vía del Norte, que enlaza Chiusi della Verna con Asís. Un sugerente recorrido de 189 kilómetros, una distancia que se puede completar en diez etapas y unas 70 horas, pasando por los lugares de Chiusi della Verna, Pieve Santo Stefano, Sansepolcro, Citerna Monterchi, Città di Castello, Pietralunga, Gubbio, Valfabbrica, Perugia, Bastia Umbra y Asís.

Dormirás en albergues sencillos y básicos o en las ermitas en las que también se acogió a Francisco. Los restaurantes son acogedores y, etapa tras etapa, aunque no realices el viaje sumándote al espíritu de la «peregrinación», sentirás una intensa espiritualidad que te conectará profundamente con la naturaleza y con tu propio ser. 

De Chiusi di La Verna a Pieve Santo Stefano

De Chiusi di La Verna a Pieve Santo Stefano

La primera etapa parte de Chiusi di La Verna y va hasta Pieve Santo Stefano.

Caminarás durante 15 kilómetros a través de los bosques del parque del Casentino de la Toscana por un sendero. Este, además de evocar de los lugares recorridos y cantados por Francisco de Asís, también es apto para los senderistas con menos experiencia.

Saldrás de Chiusi di Laverna y, cogiendo el sendero 51, atravesarás el «Bosco delle Fate» (Bosque de las Hadas). Darás los primeros pasos del camino entre árboles imponentes, alfombras de musgo y cuevas escondidas, mientras los rayos de luz se abren paso entre las frondas: un encanto realmente fabuloso.

Después de una media hora aproximadamente, llegarás al santuario de La Verna, uno de los lugares más sagrados e interesantes de todo el camino de san Francisco de Asís: aquí es donde Francisco recibió los estigmas.

Luego ascenderás con algunos tirones durante 7 kilómetros, con pendientes cada vez mayores hasta el monte Calvano y luego hasta el monte Modina.

Descenderás los 8 kilómetros restantes de la etapa, caminando por un sendero de grava más que transitable hasta la llegada. Pieve Santo Stefano se conoce como «la ciudad del diario» porque alberga un fascinante museo-archivo público, Il Piccolo Museo del Diarioque recoge escritos de gente común en los que se reflejan, de diversas formas, la vida de todos y la historia de Italia: son diarios, cartas y memorias autobiográficas. 

De Pieve Santo Stefano a Sansepolcro

De Pieve Santo Stefano a Sansepolcro

Se parte de Pieve Santo Stefano en dirección a San Sepolcro. Se atraviesa la reserva natural del Alpe della Luna y la zona de Monte Verde, con parada recomendada en la ermita de Cerbaiolo.

La etapa es dura, tanto que se recomienda, si no se está en plena forma, dividirla programando una noche en Pian della Capanna, para partir a la mañana siguiente.

El primer tramo presenta una subida larga y exigente que desde Viamaggio continúa por el bosque, un paso que durante la Segunda Guerra Mundial recorría un tramo de la Línea Gótica.

Hoy la guerra, al menos aquí, es un triste recuerdo y el entorno es amistoso. De hecho, si tienes suerte, puedes ver corzos y gamos en la reserva natural del Alpe della Luna, mientras caminas entre majestuosos árboles y los paisajes evocados en el «Cántico de las criaturas» de san Francisco, hasta llegar a la ermita de Montecasale, donde se dice que Francisco convirtió a los tres ladrones.

Se continúa descendiendo hacia Sansepolcro, una acogedora localidad y un tesoro de obras de arte y bellezas renacentistas. Sansepolcro hace referencia en su nombre a los dos peregrinos que, al regresar de Tierra Santa, fundaron aquí una comunidad monástica. 

Desde Sansepolcro hasta Citerna

Desde Sansepolcro hasta Citerna

La tercera etapa, que va de Sansepolcro a Citerna, es la etapa en la que pasas de la Toscana a Umbría, entre campos cultivados y antiguos caseríos. Te recomendamos dejarte tiempo y energías para disfrutar del centro histórico recogido y bien conservado de Sansepolcro, en cuya catedral está esculpida la imagen evocadora de un peregrino.

La etapa es relativamente corta. Tiene poco más de 12 kilómetros y require unas 4 horas a pie. Al salir de Sansepolcro y dejar atrás unos 3 kilómetros, encontrarás campos cultivados y antiguos caseríos, con vistas a la «tierra de san Francisco», Umbría.

Eso es Citerna, un pueblo situado en una colina en el Alto Valle del Tíber. Es una joya, con un centro histórico recogido y bien conservado, en donde se recibe a los peregrinos con amabilidad y atención. Antes de partir, merece la pena visitar la iglesia de San Francisco, que conserva la maravillosa Virgen y el Niño de terracota de Donatello.

De Citerna a Città di Castello

De Citerna a Città di Castello

El arte contemporáneo del siglo XX, por su parte, está representado por Alberto Burri, que nació aquí y muchas de cuyas obras se exponen en las sedes museísticas de su ciudad natal. Desde Citerna parte la segunda etapa toscana. Aquí se adentra en el suave paisaje del valle alto del Tíber, un paisaje de colinas salpicado de pequeños pueblos, iglesias y bosques. La primera parada es la ermita franciscana del Buon Riposo, que remite a la parada para comer que se concedió Francisco. La ermita también acogió a Gino Bartali, que durante la Segunda Guerra Mundial salvó a unos 800 judíos escondiendo documentos falsos en el manillar de su bicicleta.

Es hora de llegar a Città di Castello, centro artístico y final de etapa. Aquí se alzan palacios e iglesias de gran valor, como la catedral, San Domenico y San Francesco, mientras que en el museo diocesano se conserva el tesoro de Canoscio, uno de los ajuares litúrgicos más antiguos existentes, pues data de la época paleocristiana.

El arte contemporáneo del siglo XX, por su parte, está representado por Alberto Burri, que nació aquí y muchas de cuyas obras se exponen en las sedes museísticas de su ciudad natal. 

De Città di Castello a Pietralunga

De Città di Castello a Pietralunga

Una etapa de unos 30 kilómetros. Muchos, demasiados para afrontarlos todos del tirón. De hecho, podrás hacer un alto, beber y comer eligiendo una o varias paradas intermedias. Subirás y bajarás por las colinas de Umbría andando por caminos de herradura y carreteras secundarias, entre bosques y prados sin grandes pendientes ni dificultades. Pasados unos 6 km desde Città di Castello, llegarás a Sasso, un alto ideal antes de llegar a Pieve de' Saddi, importante por ser el lugar de la primera cristianización del Alto Valle del Tíber y centro religioso del territorio durante siglos.nbsp;

Hoy en día, la parroquia es un albergue gestionado por voluntarios que te dan una cálida bienvenida y atienden a los caminantes que deben afrontar las subidas y bajadas que los separan de Pietralungaun pueblo que recuerda a la Edad Media con el entramado de callejuelas que rodea la fortaleza lombarda del siglo VIII. La parada también es la ocasión ideal para visitar el complejo del Candeleto, donde puedes acampar y comer y donde se conserva una importante colección ornitológica en el Oasis de Candeleto.

Desde Pietralunga hasta Gubbio

Desde Pietralunga hasta Gubbio

26 kilómetros: otra etapa muy larga, por caminos de herradura y carreteras secundarias, entre bosques y prados sin grandes pendientes ni dificultades. Sin embargo, tendrás muchas ocasiones para detenerte, descansar, dormir y recuperar energías al abrigo de los árboles o en iglesias y abadías, aunque estén cerradas. A lo largo del camino, la mirada se extiende sobre las colinas de Umbría. Llegarás a la aldea de Loreto, disfrutando de las vistas desde el mirador junto a la iglesia de San Juan Bautista.

La llegada a Gubbio, la visita del centro histórico y los lugares que vinculan a Francisco con la ciudad compensan la larga caminata. En Gubbio, frente a la iglesia de San Francisco , te recibirán la estatua de Francisco y el lobo, un recuerdo del milagro de la fiera feroz a la que el santo amansó.

El vínculo profundo entre Francisco y la ciudad de Umbría también se explica en el recorrido «Fratello Lupo Gubbio» (Hermano Lobo Gubbio), que permite al peregrino visitar los lugares franciscanos de la ciudad, «segunda patria» del santo de Asís.

Gubbio es una de las ciudades más antiguas de Umbría, con una estructura medieval aún intacta. Desde lo alto la domina la basílica de San Ubaldo, mientras que en el centro se encuentra la plaza Grande, del siglo XIV, donde se hallan el Palacio de los Cónsules y el Palacio Pretorio, así como la catedral y el Palacio Ducal. Fuera de las murallas, el mausoleo romano, la iglesia de San Secondo, la iglesia de la Madonna del Prato y la iglesia de la Vittorina son testigos de un pasado glorioso.

Desde Gubbio hasta Valfabbrica

Desde Gubbio hasta Valfabbrica

Una etapa muy larga y exigente por las subidas y las bajadas a lo largo de los 46 kilómetros de la ruta que recorre en sentido contrario uno de los viajes de Francisco, quien después de despojarse de todas sus propiedades ante el obispo de Asís, se dirigió a Gubbio. Al recorrer ese largo camino, dejas Gubbio para continuar por el valle del río Chiascio.

La primera parada es la abadía de Vallingegno, donde Francisco fue recibido a regañadientes y puesto en la cocina como pinche.

La segunda es la pequeña iglesia de Ripe, donde puedes detenerte y descansar. Desde aquí subirás por los bosques hasta la ermita de San Pietro in Vigneto, donde se puede comer en el albergue donativo. Con las cantimploras llenas, podrás retomar tu camino hasta la iglesia de Caprignone. La última parada intermedia es el castillo de Coccorano, desde donde descenderás hasta Valfabbrica.

De Valfabbrica a Asís

De Valfabbrica a Asís

En los 13 kilómetros de la última etapa se camina entre olivares y viñedos, por subidas y bajadas, a la espera de llegar a Asís. El primer tramo es en el interior del bosque, con algún desnivel difícil. Al salir se ve desde lejos el perfil de la basílica de San Francisco y la ciudad de Asís.

La emoción crece. Puedes optar por entrar en el bosque de San Francesco y atravesarlo en lugar de recorrer un tramo de carretera asfaltada.
Asís queda a un paso, ha llegado el momento culminante del camino. Entrarás en la ciudad por la puerta de San Giacomo para dirigirte a la basílica de San Francisco. La basílica inferior te acogerá con el cielo estrellado de sus bóvedas y las pinturas de Giotto y Cimabue. Desciende hasta llegar a la tumba del santo, un lugar que irradia un fuerte misticismo, casi palpable. Para iluminar la tumba de Francisco solo se utiliza la tenue luz de un farol y a su alrededor reina el silencio, lo que invita al recogimiento y a la oración.

El último acto del camino, simbólico y emocionante, tiene lugar en la entrada de la basílica inferior, donde se encuentra la statio peregrinorum y se retiran el testimonium (para los que han recorrido 100 km a pie o 200 en bicicleta) o la chartula peregrini, símbolos de una experiencia inolvidable.

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