Citerna

El espectáculo de Citerna empieza antes de llegar: los caminos que conducen a la colina en la que se encuentra son una melodía de formas y colores que se entrelazan hasta llegar al pueblo. Aquí, el pequeño pueblo medieval da la bienvenida con su Rocca, una fortificación de origen longobardo que protegía la ciudad en siglos pasados y que hoy, desde su terraza, permite tocar con la mirada el monte de la Verna y el monte Fumaiolo, del que nace el Tevere. Continuando nuestro descubrimiento de las bellezas de este pueblo, nos detendremos para visitar la iglesia de San Michele Arcangelo, donde se conserva la Crucifixión sobre madera de Pomarancio, el Palacio Vitelli del siglo XV y la iglesia de San Francesco, que acoge importantes obras. A continuación, volveremos al horizonte y pasearemos por el paseo medieval que recorre las murallas, para observar los alrededores en busca de nuevas historias de caballeros y batallas.