6 motivos por los que Cerdeña constituye el destino perfecto para unas vacaciones de invierno
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Si buscáis un paraíso solo para vosotros, alejado de caminos trillados para poder evadiros de todo durante los meses fríos, el descubrimiento más mágico que podéis hacer es un viaje a las playas y montañas, pueblos y ciudades de Cerdeña en invierno. Un auténtico lujo, al alcance de todos, que revela matices inéditos de la isla que en la estación fría muestra su alma más íntima, el corazón de sus tradiciones y su cultura antigua.
Gracias a sus temperaturas, que nunca son rigurosas en la costa, y al sol, cálido incluso en invierno, podréis explorar la isla a lo largo y a lo ancho, incluso para actividades al aire libre en unas épocas que resultarían prohibitivas si fuera verano. Aunque el mar esté demasiado frío para bañaros, este territorio es ideal para que disfrutéis de unas experiencias que con seguridad enriquecerán vuestro conocimiento sobre la isla. Aquí os sugerimos seis de estas experiencias, aunque seguro que, una vez hayáis llegado a vuestro destino, descubriréis muchas más...
El agua de mar en las playas de Cerdeña, belleza natural.
Costa Rei, La Pelosa, Tuerredda, Su Giudeu, Rena Majore, Cala Spinosa... imaginaos poder disfrutar, en perfecta soledad o en romántica compañía, del encanto de las playas más bellas de Cerdeña, cuando se convierten en una belleza natural propia.
El mar aporta bienestar: mejora el estado de ánimo, alivia el estrés y tonifica el sistema inmunitario. Hacer jogging en la arena, caminar con el agua hasta los tobillos o practicar yoga o pilates en la playa constituyen un poderoso tónico para la circulación, ya que vais a usar el exfoliante natural de la terapia de arena. Con la terapia de piedras, asimismo, la presión sobre el cuerpo de las piedras calentadas por el sol reactivará todas vuestras energías dormidas.
Las excursiones en Cerdeña son exploraciones al aire libre
El calor del sol y las horas de luz del invierno sardo también permiten realizar innumerables actividades al aire libre. Desde cualquier punto de la costa podéis emprender el Cammino delle 100 Torri, un itinerario que rodea la isla que llega a todas sus torres costeras; o también podéis recorrer a pie algunas de las etapas del Sentiero minerario (sendero minero) de Santa Barbara, una ruta turístico-religiosa que pasa por minas abandonadas, galerías desplomadas, vías férreas y pueblos fantasma por la zona de Sulcis Iglesiente y Guspinese, que también podréis hacer en bicicleta.
De hecho, a lo largo de las costas de Cerdeña hay muchos senderos donde se puede practicar senderismo, ciclismo y equitación, y muchos arroyos para practicar barranquismo, piragüismo y kayak. Para los que no se conforman con admirar el mar desde lejos, existe la posibilidad de bucear por fondos marinos cristalinos rebosantes de vida y de colores.
El encanto de esquiar en la cima del Gennargentu
Subiendo desde el mar hasta las montañas, en particular las del macizo del Gennargentu, cuyas cumbres superan los 1800 metros de altitud y a menudo están cubiertas de intensas nevadas en invierno, aquí podréis encontrar otra electrizante sorpresa: Cerdeña en invierno también os ofrece una breve temporada de esquí, de diciembre a marzo.
Las principales localidades de nieve se encuentran en las laderas del Bruncu Spina, uno de los picos más altos del macizo, al que se puede acceder desde Fonni, a 1000 metros de altitud.
La historia milenaria de los nuraghi
El clima templado de Cerdeña en invierno también favorece una exploración más profunda de sus principales yacimientos arqueológicos. A menudo, los “nuraghi”, clásicas casas-fortaleza con torreones y forma troncocónica que atestiguan una civilización milenaria, se incluyen en las rutas panorámicas de senderismo.
Los siguientes son nuraghi de visita obligatoria en Cerdeña: el complejo Su Nuraxi, en Barumini, el pueblo nurágico de Palmavera, cerca de Alguer, o Riu Mulinu, en la costa de Olbia. Para que podáis explorar mejor todo su misterioso encanto, es mejor que confiéis en un guía experimentado.
Ciudades de arte y platos típicos sardos
Entre los lugares que ver en Cerdeña en invierno se encuentran las ciudades y pueblos que en verano desgraciadamente quedan olvidados. Hay que ver Cagliari con su evocador barrio Castello, las blancas y encantadoras Sassari y Alghero, las pintorescas vistas de Castelsardo y Bosa, y los murales de Orgosolo.
Esta es también una buena oportunidad para conocer los platos típicos de Cerdeña, verdaderas delicias: desde los espaguetis con erizo de mar y el pan carasau (pan plano), a las habas con manteca de cerdo, típicas del Carnaval, pasando por las famosas y sabrosas seadas, un postre típico sardo a base de sémola y queso enriquecido con miel.
Os aconsejamos acompañar todo eso con los mejores vinos sardos. Entre los tintos, está sin duda el Cannonau, perfecto para los platos del carnaval, mientras que entre los blancos, ¿qué mejor que un Vermentino junto con erizos de mar?
Cerdeña, la isla feliz de Italia, esconde un sinfín de oportunidades, experiencias y aventuras para disfrutar durante todas las estaciones.