Follina

Follina se encuentra en el corazón de un verde valle, entre bosques, manantiales de agua y viñedos, un entorno de gran belleza e historia que fascina a primera vista. Pero es entrando en el pueblo cuando conocemos su esencia, entre sus palacios y vestigios de la historia antigua. El símbolo del pueblo es, de hecho, la Abadía de Santa María, uno de los edificios sagrados más bellos de la región del Véneto, lugar de fe y peregrinación desde tiempos inmemoriales. La abadía fue construida por monjes cistercienses entre 1305 y 1335 sobre una construcción benedictina anterior del siglo XII y es un tesoro de arte, tradición y espiritualidad. Fueron precisamente los monjes los que comenzaron a procesar la lana, iniciando una actividad que trajo prosperidad y fama a la zona y que se recuerda cada año con "La Via della lana", una exposición que relata este material y su vínculo con el pueblo.