La laguna de Venecia, entre el turismo ornitológico y el pesquero

En el extremo sur del Lido de Venecia, no lejos del antiguo pueblo de Malamocco, se encuentra el Oasis de las Dunas degli Alberoni del WWF, que abarca uno de los sistemas de dunas más grandes y mejor conservados de la costa del Alto Adriático. Dunas de hasta diez metros de altura, y senderos que atraviesan el bosque de pinos con una extensión de 30 hectáreas, donde encuentran su hábitat especies únicas de flora y fauna. En la franja de mar frente a Malamocco se encuentran las tegnùe, peculiares hábitats rocosos submarinos, que deben su nombre al hecho de que en estas zonas las redes de los pescadores se quedan enganchadas, tegnùe, para ser precisos en dialecto veneciano, al fondo del mar. Estas rocas submarinas, denominadas "arrecifes del Alto Adriático", son unos verdaderos oasis de biodiversidad: rocas irregulares que proporcionan un excelente refugio a numerosos organismos marinos.

En el extremo sur de Pellestrina, conectada a la isla solo por los Murazzi, fortificaciones de piedra de Istria construidas por la República de Venecia para proteger las orillas de la laguna de la erosión del mar, se encuentra la reserva natural protegida de Cà Roman: una de las pocas costas intactas del norte del Adriático y un extraordinario hábitat de riqueza faunística. Se encuentra en una importante ruta migratoria y muchas especies de aves se detienen aquí en su viaje. Es un refugio para determinadas especies de aves, tanto acuáticas, como el ostrero y el chorlito patinegro, como asociadas a entornos mediterráneos, como el autillo y el raro chotacabras.

Durante la visita, no está permitido salirse de las rutas establecidas, ni dar de comer a los animales, ni llevar bicicletas: son pequeñas precauciones necesarias para proteger un entorno natural en verdad único. 

Hacer una excursión a bordo de un barco pesquero es la forma más auténtica de conocer la laguna de Venecia. El turismo pesquero es una experiencia apta para todos aquellos que deseen vivir Venecia y su laguna del mismo modo que quienes conocen cada uno de sus matices y cada uno de sus rincones: los pescadores. Sumergiéndote por un día en la vida de los que siempre han vivido y trabajado en la laguna, podrás escuchar sus historias, observarles de cerca mientras echan las redes y reparten el pescado recién capturado, y degustar el pescado cocinado según las recetas procedentes de la mejor tradición veneciana. La pesca artesanal, de hecho, en el mar y en la laguna, sigue siendo ampliamente practicada por la comunidad pesquera de Venecia. Los pescadores son verdaderos custodios de una tradición milenaria: conocen íntimamente toda la zona de la laguna y se encargan de la delicada tarea de vigilar cuidadosamente las áreas de pesca.