Resumen
En Ancona no faltan las sorpresas. Entre depósitos, terminales y taquillas de los ferris, de repente nos encontramos con los relieves que rodean la portada de Santa Maria della Piazza: pavos reales, follajes, hombres barbudos boca abajo, gatos y elefantes parecen burlarse de nosotros mientras nos preguntamos de dónde habrán venido. Aunque la profusión de arcos que dibuja el mármol de la fachada sería suficiente motivo para una visita.
El conjunto se remonta probablemente al siglo XII, aunque aquí debió existir una iglesia desde el siglo VI d. C. o incluso el IV d. C., tal vez sobre las murallas y torres de la Ancona romana de tiempos del emperador Trajano. Menos reciente es la parte superior de la fachada, reconstruida después del terremoto de finales del siglo XVII, que no sería el último de una historia sísmica que ha martirizado las Marcas y todo el centro de Italia.
El interior de la iglesia muestra los signos del alargamiento de las naves y del ábside central realizado en el siglo XIII y de una elevación posterior de la nave central, con apoyo sobre pilares octogonales. Subiendo al presbiterio por una alta escalinata podrás descubrir, en el ábside, un crucificado de madera del siglo XVI. Las losas de vidrio del suelo o un descenso al sótano revelan estructuras, frescos, mosaicos con motivos geométricos y figurativos pertenecientes a la iglesia paleocristiana.
