Resumen
Después de la conquista de Egipto por Octavio Augusto, en el 31 a. C., la inspiración egipcia comenzó a ponerse de moda para la construcción de edificios funerarios romanos. Uno de los personajes que eligió una pirámide como sepulcro fue el político Caio Cestio. Una inscripción en la fachada nos dice que las obras de construcción debían durar un máximo de 330 días. La tumba se construyó a lo largo de la vía Ostiense, entre el 18 y el 12 a. C. y, 4 siglos más tarde, se incorporó a la muralla aureliana. La pirámide tiene unos 36 metros de altura con una base cuadrada desde los lados de 30 metros y está recubierta con losas de mármol. La cámara sepulcral está pintada al fresco con figuras de ninfas y victorias aladas sobre un fondo claro, que tienen entre las manos una corona y una cinta. La urna cineraria y algunas piezas de la decoración se perdieron como resultado del primer saqueo de la tumba, que probablemente se remonta a la Edad Media.
