Resumen
Cattolica, la Reina del Adriático, en la antigüedad lugar de tránsito y descanso para los caminantes que recorrían la Via Flaminia, se alza donde la región de Romaña da paso a las colinas de las Marcas, inmersa en un paisaje delicado y siempre caracterizada por una hospitalidad genuina y auténtica.
El vínculo que une a la ciudad con el mar es tan antiguo que se entrelaza con la leyenda: se dice que frente a ella, hundida en el abismo, se encuentra una Atlántida adriática, identificada posteriormente con el antiguo asentamiento de Conca.
Ciudad de fuerte tradición marinera, pesquera y con importantes astilleros, Cattolica es un lugar que acoge el aroma de lo salado y las antiguas historias de los navegantes.
No hay que perderse, durante la visita, el Museo della Marineria Storica, una sección del Museo della Regina dedicada al mar, donde se ilustran los astilleros, las herramientas de pesca y los oficios relacionados con él; el acuario Le Navi, el mayor de la costa adriática; la sugestiva fiesta de Stella Maris, cuando las barcas de pesca y las almejeras llevan al mar la estatua de la Virgen, entre espiritualidad y gestos de otro tiempo.
