Resumen
El nacimiento de las colecciones históricas de Benevento (hoy bastante bien organizadas en el complejo de Santa Sofía, incluido el extraordinario claustro del monasterio medieval) es obra del propio príncipe de Talleyrand, a quien se debe el obelisco de la plaza. Desde finales del siglo XIX, las colecciones se exponían en la Rocca dei Rettori, pero desde hace casi un siglo están aquí, incrementándose poco a poco.
Se pasa de la sección de arqueología, con jarrones griegos y samnitas, cerámicas mesapias, metopas que representan los combates en el circo y sarcófagos romanos, a la de la Edad Media, que se abre con armas, utensilios, joyas y orfebrería de la época lombarda y continúa con esculturas hasta la primera fase de dominio de la Iglesia. Son especialmente notables algunos fragmentos de los ambones del siglo XIV de la catedral, así como también la sección numismática (monedas de oro del principado de Benevento, del reino de Nápoles y de los Estados Pontificios) y las obras de arte figurativo (pinturas religiosas barrocas y de paisajes) hasta el siglo XX (Renato Guttuso, Emilio Greco, Carlo Levi, Francesco Messina). En la planta superior puedes contemplar una instalación de Riccardo Dalisi y una espléndida vista del claustro de Santa Sofía desde arriba: ¡foto!
Para los verdaderos apasionados del sector, no faltan un gabinete de dibujos y grabados (Salvator Rosa, Luca Giordano, Guercino, Giovanni Battista Piranesi) y una colección de miles de pergaminos desde el siglo X hasta el XVIII.
