Los senderos de Isquia
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Ischia, conocida como la isla del Dios Sol, es de origen volcánico. Con pequeños pueblos enclavados en la costa y caracterizada por un clima mediterráneo, ya en marzo se envuelve en un triunfo de colores y aromas silvestres que anuncian el comienzo del verano. Son muchas las actividades que se pueden hacer en esta espléndida isla, del senderismo a los paseos en bicicleta para los amantes del deporte y de la naturaleza, de las curas termales a las visitas de las numerosas atracciones, como la evocadora península de Sant’Angelo.
Itinerarios
Abundan los lugares que no hay que dejar de visitar y los itinerarios que la isla sugiere.
Iniciamos un recorrido ad hoc para los amantes del vino. La viticultura en Isquia puede presumir de orígenes milenarios, fue introducida por los antiguos eubeos; no es una casualidad que en la Copa de Néstor, hallada en Monte Vico (Lacco Ameno), la frase incisa haga referencia a las bondades del vino local. Para disfrutar del maravilloso panorama que ofrece el Golfo de Nápoles y admirar los viñedos, castaños, helechos, ericas y flores salvajes, se puede partir de Buonopane y llegar a Faiano, atravesando las zonas de Candiano, Piano San Paolo, Cannavale y Cirillo.
Excursiones volcanológicas
De modo análogo, partiendo de Faiano, esta vez para hacer una excursión de tipo volcánico, se pueden recorrer las zonas de Marecoppo, Monte Trippodi, Buceto, Carusiello, Cretaio, Fondo Ferraro, Casa Arcamone, Bosco dei Conti, desde los cuales además de gozar de una vista panorámica de Isquia y del Castillo Aragonés, se pueden admirar el manantial de Buceto, el cráter de Fondo Ferraro y la Lava dell’Arso, testimonio de la última erupción de 1302 que destruyó la ciudad medieval de Geronda. El rio de lava de 2,7 km de largo en la zona más amplia cerca del mar formó la Punta Molina. La superficie irregular, formada por los bloques de lava y escoria aparece hoy en día cubierta por una densa pineda, cultivada por deseo de Fernándo II.
En cambio, para admirar las innumerables bahías de la isla, como por ejemplo la de San Pancracio, Maronti, o Cava Grado, se puede ir a la zona de Testaccio y Monte Cotto, desde donde se disfruta de una espléndida vista panorámica de la fortaleza La Guardiola.
Un consejo para todos es subir al Monte Epomeo, a una hora a pie, partiendo de la zona de Fontana se llega al punto más alto del que se puede gozar de una vista de la isla y de Capri, la Península Sorrentina, (con los Montes Lattari) el Vesuvio, Nápoles, los Campos Flegrei (con Monte Procida) y, con suerte, Ponza, Ventotene y Gaeta.
Los manantiales
Si se quiere seguir el consejo de Apuleyo cuando escribía “Rápidamente tomad del chinero el aceite de unción y un paño y llevad a mi invitado a las termas más cercanas, porque sé que está cansado, después de un viaje tan largo y difícil”, Isquia es el lugar ideal, considerando las innumerables fuentes, manantiales, fumarolas y fangos ampliamente explotados por los centros termales y wellness para hacer placentera y saludable la estancia de los turistas. En el municipio de Isquia se encuentran las cuencas di Fornello (con agua a 45 ˚C) y el manantial del Pontano, con aguas más frías y salinas. En el municipio de Casamicciola se encuentran los manantiales de Gurgitello, Senigallia y Cotto, con una temperatura que alcanza los 65 grados. En Casamicciola brotan del fondo de un cráter inactivo las aguas del manantial de La Rita, mientras que en el parque termal del Castiglione los manantiales de la mitología estaban dedicados al dios Apolo. En la zona de Lacco Ameno se sitúan los manantiales de Santa Restituita, de la Reina Isabel y de San Montano. En el municipio de Forio, los de Citara y Agnone, el primero protegido por la diosa Venus. Se recomienda pasar alguna que otra hora en las Termas de Poseidón.
Cerca de Maronti, la playa más larga de Isquia, casi dos kilómetros, se encuentran los primeros manantiales que fueron utilizados con fines curativos, los de Olmitello, que en griego significa “eliminación de los cálculos”, los de Nitrodi, que en la mitología venían protegidos por las Ninfas de Nitrodes y los de Cava Scura donde la temperatura del agua llega a los 72˚. Destacan también los manantiales de Cava Chiara, de la Gondola, del hotel Vittorio y de Afrodite, aprovechados por distintos balnearios.
Lo que hay que visitar
Si a los momentos de relajación queremos unir un poco de cultura podemos hacer una visita al Castillo Aragonés, la fortaleza construida a mediados del XV por deseo de Alfonso de Aragón, y a la Torre Michelangelo, frente del castillo. No hay que dejar de pasar por el Monasterio de la Madonna di Montevergine y por el Museo-Jardín de Lady Walton, en Forio, más conocido como La Mortella, creado por la mujer del compositor William Walton y lleno de colecciones de especies vegetales provenientes de varios países. Para concluir mencionamos como etapa obligatoria para ir de compras el paseo marítimo y el corso del puerto de Isquia, con sus típicos negocios y grandes boutiques.