Paisajes de Umbria

Alimentado por manantiales subterráneos, este jardín acuático, de colores intensos e iridiscentes, es un lugar de carácter fuerte y fluido a la vez, con una vegetación densa, exuberante y de rara belleza. Sauces llorones y álamos rodean las orillas de este singular lugar, símbolo de una Umbría literaria, solitaria y cautivadora, fuente de inspiración de poetas como Propercio, Plinio, Virgilio, Byron y Carducci. No muy lejos de aquí, a los pies de la ciudad de Campello sul Clitunno, el Tempietto epónimo contribuye a crear una atmósfera encantada y atemporal. Elegante edificio paleocristiano en forma de "in antis" dedicado a San Salvatore, situado en una elevación desde la que domina el maravilloso curso de agua, es uno de los monumentos altomedievales más interesantes de Umbría y un precioso testimonio de la predilección de los Lombardos por la arquitectura de prestigio. Junto con otras joyas del arte y la arquitectura longobardos en Italia, ha sido incluido recientemente en la prestigiosa lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Las playas a orillas del lago, los encantadores pueblos históricos, como Castiglione del Lago, Paciano, Panicale, Piegaro, Città della Pieve, Magione, Passignano sul Trasimeno, Tuoro sul Trasimeno, los castillos y fortalezas que se asoman a las orillas y el Oasis Natural de La Valle que se extiende a lo largo de la orilla sureste de la cuenca, hacen del Lago Trasimeno uno de los tramos de agua más importantes de Italia. Los transbordadores románticos permiten descubrir Isla Maggiore, la segunda isla más grande, cubierta por una espesa vegetación de olivos, encinas y cipreses y aún hoy urbanizada, e Isla Polvese, la mayor en extensión, con su Rocca erigida en el siglo XV, hoy un oasis de protección de la fauna. Pero en estos 124 kilómetros cuadrados donde se pueden practicar deportes acuáticos como el kitesurf, el piragüismo y la vela, hay otra pequeña isla: Isla Minore, con forma de coma, habitada hasta el siglo XV y ahora de propiedad privada. El deporte, la historia y la cultura se unen para crear atmósferas de ensueño y regeneradoras en una naturaleza generosa que se descubre en bicicleta o a caballo, y donde los productos de la tierra y el buen pescado del lago dan vida a platos con un sabor único.

Celebradas por artistas y escritores de todas las épocas, descritas por Lord Byron como "horriblemente bellas", las Cascadas de Marmore, entre las más altas de Europa con 165 metros, representan uno de los paisajes acuáticos más espectaculares del Corazón Verde de Italia. Esta formidable obra de ingeniería hidráulica, situada en la Valnerina, dentro del Parque Regional del Río Nera, fue construida en la época romana para contener las aguas del río Velino, responsables de frecuentes y devastadores desprendimientos.

Para llegar al corazón de la cascada y admirar sus poderosos saltos, puede elegir entre seis senderos naturales de diferentes grados de dificultad, bien marcados y señalizados, que serpentean por el parque. Será recibido por una vegetación exuberante, habitada por una rica avifauna. Si su espíritu adrenalínico le exige asombro y maravilla, las cascadas de Marmore son el escenario ideal para practicar incluso deportes extremos: desde el rafting hasta el barranquismo, pasando por el kayak o el hydrospeed. Si, por el contrario, le atraen las profundidades subterráneas, le esperan sugestivas cuevas y cavidades kársticas de gran interés espeleológico excavadas a lo largo de milenios por las aguas.

Llegar a Asís siguiendo las huellas del Santo Patrón de Italia por caminos muy sugestivos: en ningún otro lugar de Italia la espiritualidad cristiana ha tenido expresiones tan incisivas como para modificar el paisaje y su percepción, como en Umbría. La presencia de monumentos y referencias históricas y artísticas vinculadas a la figura de Francisco y otros santos hacen que la sensación de misticismo que impregna esta tierra sea fuerte. A través de antiguos caminos de ovejas, senderos que ascienden por las montañas hacia las ermitas o en el ambiente antiguo y acogedor de los pueblos y la ciudad seráfica, percibirás lo profundamente que ha calado aquí la lección franciscana, aportando compostura y al mismo tiempo alegría, felicidad, rigor y respeto por la naturaleza y el hombre.