Montescudaio

Montescudaio es un pueblo de gran belleza y riqueza: su posición, que hace que se parezca a una preciosa joya entre la tierra y el mar, lo convierte en el destino perfecto para quienes aman perderse entre el encanto de las olas y la seducción de la naturaleza, acompañando su agradable estancia con los sabores únicos de la zona. Desde la torre Guardiola, el mirador del pueblo, la mirada se pierde sobre el azul del mar y llega hasta las islas de Gorgona y Capraia, y a veces incluso hasta el extremo norte del cabo Corso, y luego recorre hileras de viñas, olivos y árboles frutales. Es una tierra generosa, ésta, tanto que Montescudaio forma parte de las asociaciones nacionales Ciudades del Vino, Ciudades del Aceite y Ciudades del Pan. Y cuando la mirada vuelve a la ciudad, uno queda encantado con las características casuchas con sus tejados cubiertos de tejas típicas de la Toscana y con las huellas del pasado medieval, como la Torre Cívica, antiguo punto de acceso a la ciudad. Una ciudad que espera ser descubierta, tal vez al ritmo lento de tiempos pasados.