Resumen
Contemplando el castillo de Barletta se puede recorrer en un solo instante la historia de la ciudad, desde la Edad Media hasta la época moderna. Federico II de Suabia lo mandó construir sobre fortificaciones normandas adaptándolas a una planta cuadrangular, eficiente y racional, y obtuvo en su interior espacios residenciales dignos de una corte imperial, para poder permanecer allí durante mucho tiempo. Más tarde, el castillo fue reforzado a finales del siglo XIII por Pierre d'Angicourt, gran arquitecto a las órdenes de la familia de Anjou, en el segundo siglo XV por los nuevos señores aragoneses y, a mediados del siglo XVI, por los ingenieros españoles al servicio de Carlos V de Habsburgo, que añadieron los bastiones angulares y cavaron los fosos. El resultado fue lo que en gran parte todavía admiramos hoy: una sólida estructura cuadrangular, con esquinas defendidas por bastiones pentagonales y un foso que giraba por tres lados, mientras que el lado norte daba directamente a la costa. Hoy en día, el castillo alberga el Museo cívico de Barletta.