Resumen
Una de las mejores vistas de la catedral, dedicada a santa María la Mayor, es la que se tiene desde Via del Duomo, desde donde se ve el campanario del siglo XI, aunque su parte superior se reconstruyó en el siglo XVIII, tras un terremoto. Después de atravesar un arco bajo el propio campanario, nos encontramos ante el ábside, de estilo gótico, y tenemos una primera muestra de este elegante edificio, iniciado en el siglo XII y terminado, después de varias ampliaciones, en el siglo XIV. De hecho, sobre la sencilla estructura románica original, de tres naves, son visibles los signos de esta larga fase constructiva: la fachada es de estilo románico de Apulia, la portada es renacentista y el presbiterio y el ábside reinterpretan la arquitectura gótica. La decoración sacra del interior la componen elementos escultóricos muy refinados, como el ambón de 1267 y el ciborio con capiteles no figurados, testimonio de las influencias orientales que en aquel tiempo se adentraban en la cultura de la ciudad, importante nudo de tránsito entre Oriente y Occidente. Es en la cripta subterránea donde se descubren las partes más antiguas de la iglesia, así como los restos de una basílica paleocristiana de los siglos X-XI. Por su parte, en el tesoro se conservan objetos de orfebrería, marfiles de estilo islámico, así como pinturas, códices y muebles.