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Mole Vanvitelliana

Resumen

 Hoy en día, tres puentes de entrada conectan la Mole con la ciudad, pero cuando la gigantesca estructura tomó forma hacia 1740 solo era accesible en barco. La idea era crear una isla artificial donde mantener temporalmente alejados los cargamentos comerciales y a las personas que llegaban, por temor a que pudieran provocar epidemias. Con el tiempo, la Mole ha sido hospital militar, fábrica de azúcar, cuartel y, finalmente, el centro cultural que es ahora, aunque el pequeño templo que se encuentra en el centro del edificio todavía lleva el nombre de san Roque, el protector contra la peste. Tanto el pequeño edificio sagrado como la portada de entrada a la ciudad están construidos en piedra de Istria, una especie de homenaje a las tierras más allá del Adriático.

El apellido del arquitecto que la creó, Luigi Vanvitelli, acompaña al apelativo de Mole desde tiempos relativamente recientes, tras sustituir al tradicional de Lazareto. La transformación en un centro cultural para festivales y exposiciones de arte se ha visto confirmada por la apertura del Museo Tattile Statale Omero (Museo Táctil Estatal Homero), un espacio multisensorial que acerca el mundo del arte a las personas con discapacidad visual y a las personas invidentes: moldes de yeso y modelos de madera de famosas esculturas de todos los países y épocas se pueden tocar y explorar con los dedos, aunque también alberga esculturas originales de artistas italianos contemporáneos.

Desde la Mole se accede al centro de Ancona a través de la puerta Pia, de finales del siglo XVIII. Al lado está el puerto. Tras comenzar a bordearlo se llega enseguida a la importante Piazza della Repubblica, con el Teatro delle Muse y las inevitables oficinas de turismo para reservar pasajes en ferri.

Mole Vanvitelliana
Banchina Giovanni da Chio, 28, 60121 Ancona AN, Italia
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