Resumen
La UNESCO la ha incluido en la lista de ciudades creativas, porque ha sabido hacer de la inventiva y el arte el motor de su desarrollo económico. La historia de Fabriano, además, es inseparable de la del papel: aquí, los maestros papeleros produjeron algunas de las mejores hojas del mundo. Recorre esta tradición centenaria en el museo del papel y la filigrana, junto a los jardines Margherita, para descubrir telares, fibras, fieltros, así como billetes raros y papeles fabricados con las materias primas más insólitas, como las alcachofas.
Los amantes de la música apreciaréis el museo histórico del piano y el sonido, donde podréis admirar una exposición de 18 pianos que abarcan desde el siglo XVIII hasta principios del XX. Las visitas terminan con un breve concierto en directo con vestuario de época.
El centro histórico es una joya que no te esperas. No te pierdas la plaza del ayuntamiento, con su fuente de Sturinalto, el palacio del Podestà, la pinacoteca Molajoli, el teatro Gentile y la biblioteca multimedia.
A poca distancia de Fabriano, las grutas de Frasassi y Cacciano, una pequeña aldea famosa por sus murales, también merecen una parada.
Antes de partir, siéntate a la mesa y deleita tu paladar con el salchichón de Fabriano, un presidio Slow Food, miel envejecida en barrica y una copa de hidromiel.
