Los paisajes de la Lombardia
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Brianza, una pequeña región histórica entre las provincias de Milán, Monza, Lecco y Como que incluye los valles de los ríos Seveso y Lambro y el torrente Molgora, marca la transición entre la horizontalidad del valle del Po y las primeras alturas que conducen gradualmente hacia las montañas. En esta franja de tierra se encuentran los Lagos de Briantei, espejos de agua de formación glaciar rodeados de una naturaleza exuberante y a veces salvaje.
La parte montañosa, con alturas superiores a los 600 metros, donde predomina el verde de una hermosa y rica vegetación natural y rural, alberga varias zonas de valor ambiental, singulares y protegidas precisamente por el aspecto armonioso que mantienen.
Aunque no está lejos de Milán y ya está cerca de los grandes lagos, Brianza permite distinguir claramente todo el arco de cumbres que dibujan los Alpes, creando vistas de gran calidad y amplitud. La impresión general es la de unos paisajes agrícolas extraordinarios, equilibrados, productivos, habitables, proyectados hacia todos los demás entornos y hacia las diversas oportunidades del valle del Po y de la montaña que ofrece Lombardía.
Los lagos de Lombardía, atmósferas poéticas que invitan a soñar
Se trata de uno de los paisajes más famosos de Italia, protagonista de innumerables diarios de viaje de escritores y poetas que se han detenido aquí o han pasado por allí, anticipándose a la belleza del Belpaese.
Manzoni es la voz más conocida, pero los lagos lombardos han adquirido tanta fama gracias a las voces de quienes han encontrado inspiración en estas luminosas extensiones de agua.
No sólo los grandes lagos -el lago Lario, comúnmente conocido como Lago de Como, el lLago de Garda, el mayor de Italia, seguido del Lago Maggiore, el Lago de Iseo, el más pequeño de los grandes lagos, y la orilla occidental del Lago de Lugano-, sino una miríada de lagos más pequeños y cuencas alpinas dispersas a lo largo de la Alte Vie (Carreteras Altas), contribuyen a definir una original estética lacustre, emblemática de la gran belleza natural de Lombardía.
Puede decirse que una cierta manera elegante e "italiana" de unir espectáculos naturales y obras del hombre, como pueblos y ciudades de arte, hermosos cultivos, grandes villas y castillos, encuentra en los lagos de Lombardía una de sus mejores y más claras expresiones. Aquí nace un repertorio de sentimientos suscitados por las vistas y la vida lacustre: ciertas atmósferas dulces y armoniosas, de tranquila mundanidad, de suaves reflexiones, de indulgentes ritmos de vida, encuentran un hogar en las orillas de los lagos lombardos.
Oltrepò Pavese, a ritmo de historia y buen vino
En Lombardía, la franja de tierra de la provincia de Pavía, que tiene sus fronteras entre el curso del Po, las antiguas tierras emilianas de Piacenza, las tierras piamontesas de la provincia de Alessandria y las de Génova, destaca con su propia fisonomía. Una triangulación de fronteras en la que se perciben diferentes influencias en el paisaje natural y, sobre todo, en el paisaje histórico y humano. Más de 70 municipios de Lombardía conforman ahora el Oltrepò pavese, al que se sumaron en su día una veintena de centros de las tres regiones limítrofes.
Rico en historia y gran testimonio del entrelazamiento de épocas y estilos, en este territorio encontrará una red de castillos y pueblos fortificados, herencia de su historia feudal, tan sorprendente como recóndita, fuera de los caminos trillados.
Las campañas del Oltrepò os contarán de una excelente vocación agrícola, sobre todo en el cultivo de la vid y de una cultura del trabajo que las han hecho famosas: como todo el mundo sabe, los vinos de estas tierras se encuentran entre los más ilustres y titulados de Italia. Y si lo que buscas es relajarte, déjate arrullar por las beneficiosas aguas de los balnearios Rivanazzano y Miradolo.
La infinita fascinación de las llanuras y los paisajes fluviales de Lombardía
Las llanuras de Lombardía no son sólo el escenario en el que se desarrolla la historia de asentamientos memorables, de grandes obras, de poderosos señoríos, de economías antiguas y modernas: es un lugar con sentimientos que son todo menos homogéneos y "planos". Por el contrario, parece que esta tierra fértil, toda horizontal, atravesada por el Po y los demás ríos que descienden de los Alpes, es capaz de generar imágenes multiformes, íntimas y al mismo tiempo poderosas.
Este es quizás el signo más característico de la llanura lombarda: una concreción antigua, quizás agotadora, pero positiva, que un ojo atento puede captar fácilmente. Una energía del hacer que se hace evocadora no sólo en las ciudades más ricas y blasonadas, sino también en las extensiones cultivadas, en las alquerías, en los pueblos, en la claridad de los días soleados apreciada en la sombra de kilómetros de hileras de árboles, en el encanto de ciertas brumas otoñales a orillas de los ríos.
