Resumen
Incluidas en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2004, las tumbas etruscas de Cerveteri constituyen, junto con las de Tarquinia, el ejemplo más antiguo de ciudades funerarias referidas a la civilización etrusca y se encuentran a unos 40 kilómetros de Roma.
Cerveteri conduce a la necrópolis etrusca de Sorbo y a la de Banditaccia, una de las más impresionantes del mar Mediterráneo. La primera, más pequeña, alberga grandes túmulos monumentales, evidencias de enterramientos en fosa, tumbas dado e hipogeos excavados en la toba de distintas épocas. Destacamos, en particular, la tumba monumental Regolini Galassi, hallada en el siglo XIX completamente intacta con su ajuar funerario todavía intacto, compuesto por ajuar de oro, plata y bronce, expuesto en el museo Gregoriano Etrusco de los museos Vaticanos.
La necrópolis de Banditaccia, por su parte, contiene miles de tumbas organizadas de forma similar a un plano urbano, con calles, plazas y barrios. Una especie de reproducción de la "ciudad de los vivos", importante testimonio de la arquitectura doméstica de la población etrusca desde sus orígenes hasta la época helenística. El yacimiento, de 20 hectáreas, data del siglo IX a. C. y contiene tumbas de distintos tipos. Aquí se pueden ver trincheras excavadas en la roca y montículos, que a menudo contienen más de una tumba, en forma de chozas o cabañas, con estructuras ricamente detalladas.