Resumen
Tanto si estás de paso durante un crucero como si decides detenerte en tu viaje al Lacio, Civitavecchia merece un alto en el camino para descubrir yacimientos arqueológicos y monumentos que desde la época etrusca atestiguan una larga historia.
No te pierdas el Forte Michelangelo y el puerto histórico, el verdadero corazón de Civitavecchia. A pocos pasos del fuerte se encuentra el museo arqueológico, en un palacio del siglo XVIII encargado por el Papa Clemente XIII. Sigue el paseo marítimo que desde el Forte llega al Borgo Odescalchi y podrás visitar la Marina y el establecimiento del Pirgo, que se alarga por el mar.
Explora las Termas Taurine, o las Termas de Trajano, con mármoles, mosaicos y frisos que te harán sentir como en la antigua Roma. Si quieres sumergirte de verdad en las aguas termales, regálate una tarde de relax en las Termas de la Ficoncella.
Descubre el antiguo pueblo medieval con la iglesia de la Stella, la Porta dell'Archetto y el perímetro amurallado mandado levantar por el Papa León X en Piazza Saffi. También vale la pena visitar la catedral de San Francisco de Asís y la iglesia de la Muerte. El centro histórico alberga el mercado de San Lorenzo, donde los vecinos hacen sus compras todas las mañanas.
