El gran salto del Tíber y de Europa
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A veces damos por sentado que los ríos son importantes para nuestras vidas: transportan agua, nutren la tierra, nos ayudan en nuestros viajes y mucho más. Sin embargo, con demasiada frecuencia los maltratamos, contaminándolos y ensuciándolos. Para intentar poner fin a esta situación y promover el conocimiento y la protección de los ríos, han surgido diversas iniciativas a lo largo del tiempo.
Uno de los más originales y divertidos es el Big Jump, la gran zambullida colectiva en las aguas de los ríos de toda Europa. Un gigantesco flash mob europeo que en 2023 será el 9 de julio.
Tiber Big Jump
En el Tíber la cita para el Gran Salto es en la magnífica Reserva Natural de Nazzano Tevere-Farfa. ¿Preparados para volver a ser niños? Una carrera, una carrera y... ¡splash! Inmersiones elegantes, saltos improbables, poses divertidas: todo está permitido para celebrar la belleza y la alegría del encuentro con el río. Sí, porque el propósito de este evento no es sólo lúdico, sino también simbólico.
El mensaje que queremos dar con el Big Jump es el siguiente: queremos salvaguardar el ecosistema natural de los entornos fluviales, queremos mejorar la calidad del agua y nuestra salud, queremos ser custodios de los ríos y sus portavoces.
El primer gran salto
El Big Jump es un flash mob anual que se celebra simultáneamente en toda Europa, creado por la Red Europea de Ríos en 2002. El objetivo, como es fácil de entender, es tratar de reconectar a los ciudadanos con sus ríos, lagos y humedales, uniéndolos simbólicamente en un gran salto, y tratar de agitar la opinión pública hacia las consecuencias del cambio climático y la contaminación ambiental.
Desde 2002, unas 200.000 personas han participado en este evento en 34 países diferentes. De este modo, el Big Jump pretende apoyar a quienes, cada día, trabajan para proteger y restaurar los sistemas de agua dulce en la Unión Europea. De hecho, muchos ríos, lagos y humedales necesitan una protección urgente porque están amenazados por grandes infraestructuras, muy contaminados o descuidados en su mantenimiento: ríos utilizados como vertederos, accesos prohibidos, riberas y playas desaparecidas... Afortunadamente, mucho ha cambiado desde los años 90, pero aún no es suficiente.
Así que somos nosotros, personalmente, quienes debemos hacer oír nuestra voz y exigir que el desarrollo económico sea "sostenible". ¿Qué es el desarrollo sostenible? Es "aquel desarrollo que permite a la generación actual satisfacer sus necesidades sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas" (Nuestro futuro común, Informe Brundtland, 1987). Así que sí: proteger el medio ambiente y proteger a las generaciones venideras es nuestro trabajo.
¿Alguna vez pensó que un "simple" chapuzón podía decir tanto?
