En Halloween vente al sur a visitar pueblos fantasma

A unos 50 km de Matera y sus Sassi (casas de piedra) se encuentra Craco, uno de los pueblos de Italia a visitar en Halloween, que esconde muchas sorpresas para los que buscan emociones fuertes. El antiguo pueblo medieval, encaramado en un afloramiento rocoso, fue abandonado entre los años 60 y principios de los 80, debido al peligro de desprendimientos.

El silencio domina todo: el único ruido que se oye es el de los pasos al andar y el viento que sopla.

Puedes visitar el antiguo castillo, con una torre normanda de 20 metros de altura del año 1400, la Iglesia Madre, decorada con azulejos de mayólica, y también cuatro palacios nobles con frescos que sobrevivieron a los derrumbes: el palacio Carbone, el palacio Grossi, el palacio Cammarota y el palacio Maronna.  Al mirar por las paredes derrumbadas, te sentirás como si estuvieras en un plató de cine. No es de extrañar que aquí se hayan rodado ya varias películas.

Entre las calles abandonadas de Apice Vecchio, cerca de Benevento, debes caminar de puntillas para no perturbar el profundo silencio que reina en este lugar.

El pueblo se asienta  sobre una pequeña colina, situado en torno al Castillo dell’Ettore. Las casas están construidas pegadas una al lado de la otra. Dos terremotos, en 1962 y en 1980, han marcado la historia de este pueblo. Piérdete entre el laberinto de calles estrechas que hablan de un tiempo ya perdido.

Enclavado sobre el encantador valle de Sant'Elia, Pentedattilo revela sus orígenes griegos ya desde su mismo nombre, que significa "cinco dedos" y hace referencia a la forma del precipicio que se eleva detrás del pueblo. Según las fuentes antiguas, el pueblo ya existía en el siglo IX y se encuentra en la zona grecánica (de griego italiano) de Calabria, donde todavía se habla un dialecto griego. Comenzó a despoblarse tras el terrible terremoto de 1783, que lo dañó gravemente.

A principios del siglo XIX, casi todos los habitantes se habían trasladado a la cercana Melito Porto Salvo pero, recientemente, Pentedattilo ha renacido gracias a un museo de tradiciones populares, a la presencia de talleres de artesanía y a la hospitalidad generalizada de las antiguas casas del pueblo. 

En verano cobra vida gracias al Festival de Cine de Pentedattilo, pero en otoño vuelve a estar casi desierto: es el momento adecuado para que vayas a cazar fantasmas.

A unos 60 km de L'Aquila se encuentra Santo Stefano di Sessanio, un pequeño pueblo abandonado a 1250 metros de altitud entre las cumbres del Parque Nacional del Gran Sasso. El pueblo fortificado data del siglo XIV, cuando estaba bajo el dominio de la familia Medici de Florencia. Tras la unificación de Italia, comenzó a ser abandonado por la emigración.

Hoy en día, es un lugar lleno de encanto que está encontrando una nueva vida desde que un empresario italo-sueco compró unas antiguas casas de labranza para renovarlas y convertirlas en un hotel extendido.
 A pesar de su larga historia de abandono, sigue siendo uno de los pueblos más bonitos de Italia, con sus casitas de piedra caliza, sus tejados de tejas y su laberinto de callejuelas.

Encaramado sobre el valle del Volturno, a poca distancia del nacimiento del río, Rocchetta Alta está rodeado por una hermosa naturaleza y se encuentra cerca de un antiguo santuario rupestre con frescos del siglo XII.

En lo alto del pueblo, un viejo castillo vigila el casco antiguo. Hacia finales del siglo XIX, la iglesia fue abandonada, junto con muchos otros edificios del pueblo. Con el tiempo, la naturaleza ha recuperado los muros de piedra y hoy en día pasear por estas calles es como hacerlo dentro de un viejo cuento de hadas.