Desde vestirse de rojo hasta las lentejas en la mesa: las tradiciones de Año Nuevo en Italia

La tradición de llevar un vestido rojo para la noche de Año Nuevo tiene un origen muy antiguo. De hecho, debemos remontarnos hasta el 31 a. C., en la época del emperador Octavio Augusto, cuando, con motivo del Año Nuevo romano, tanto hombres como mujeres solían vestir de rojo, un símbolo de prosperidad.

Posteriormente, la tradición se vinculó estrechamente a la ropa interior. En la Edad Media, por ejemplo, la zona de la ingle se cubría con una tela roja para protegerse de la mala suerte. Y es precisamente la ropa interior de este color la que se sigue usando durante las festividades, una tradición que cada uno interpreta a su manera. Para algunas personas, debe llevarse al revés y volver a colocarse en el sentido correcto después de la medianoche, un gesto que potenciaría la acumulación de influencias positivas. Para otros, sin embargo, la ropa interior con la que se haya recibido el Año Nuevo debe tirarse. El significado está claro: aleja lo viejo de lo nuevo, literalmente. En caso de duda, para evitar un inicio de año desafortunado, es mejor respetar la tradición.

Tirar las cosas viejas, o al menos algunas, aunque solo sea simbólicamente, es otra tradición del Año Nuevo italiano. Una superstición que simboliza la ruptura con el pasado.

En la antigüedad, este rito se ponía en práctica tirando cosas viejas por la ventana. Se trata de una costumbre arraigada sobre todo en el sur, pero que hoy en día se practica mucho menos que en el pasado: no lo hagas, puede ser peligroso, a menos que vivas solo en una zona aislada. Tiene el mismo significado que los petardos y los fuegos artificiales, aunque hoy en día están prohibidos en muchas ciudades italianas: en el centro de los ritos de Año Nuevo siempre está el deseo de dar la bienvenida a lo nuevo, centrarse en las vibraciones positivas y expulsar la negatividad. ¡Incluso metiendo mucho ruido!

En un país cuyo uno de sus puntos fuertes es sin duda la gastronomía, no pueden faltar las tradiciones en la mesa. La noche del 31 de diciembre, el «cotechino» y el «zampone» son dos grandes clásicos imprescindibles.

El «cotechino» es un plato típico del norte de Italia: el de Módena tiene la denominación IGP, pero hoy en día se consume en todo el país, especialmente durante las fiestas. La tradición de comerlo en Año Nuevo está relacionada con su naturaleza: se trata de un embutido graso, obtenido del cerdo, según la tradición italiana, símbolo de abundancia, fecundidad y fuerza espiritual, y, por lo tanto, que puede traer buenos augurios. Es un segundo plato que siempre va acompañado por las lentejas, que también son imprescindibles. Una vez más, el motivo es supersticioso: traen suerte, tanto que en algunas familias existe la costumbre de servirlas al final de la comida, al llegar la medianoche, y en otros casos se comen como guarnición. ¿Pero por qué estas legumbres traen suerte? La costumbre se debe, una vez más, a los romanos que, con ocasión del Año Nuevo, regalaban una «scarsella», es decir, un bolso de cuero con lentejas en su interior, con el deseo de que se convirtieran en monedas en los próximos meses.

No basta con comer lentejas para hacerse rico. Los ritos de la suerte del Año Nuevo italiano en la mesa se vinculan a todo lo que se puede contar. Además de las lentejas, existe la costumbre de comer granada, probablemente por la abundancia de granos o por el color rojo.

En la antigüedad, además, la granada era una planta que simbolizaba la riqueza y la fertilidad. Hay que remontarse a la Biblia, donde se menciona esta fruta como una de las que encontrarían los exiliados de Egipto en la tierra prometida. Presta atención: también está presente en muchas pinturas de temática sagrada porque es un símbolo de los dones de Dios. Si te invitan a un evento y quieres hacer un regalo especial, lleva una planta de granada, ¡es la mejor felicitación!

Más vinculada a las tradiciones locales encontramos la costumbre de comer uvas en los últimos minutos antes de la medianoche, en concreto doce, como los meses del año. Se trata de un antiguo rito español, que no tuvo dificultades para arraigarse en Nápoles y en otras zonas del sur durante los años de la dominación española en Italia.

Al igual que las lentejas y la granada, las uvas son símbolo de riqueza porque se pueden contar (una referencia directa a las monedas).