Resumen
Ruinas de fortalezas construidas sobre el agua
Los Castillos de Cannero son uno de los símbolos del lago Mayor y están situados en dos de las tres islas del archipiélago de Verbania. Aquí se alzaba, en el siglo XV, la fortaleza de Malpaga, construida por los hermanos Mazzarditi durante las disputas entre güelfos y gibelinos.
Un siglo más tarde, se construyó la Rocca Vitaliana a instancias del noble milanés Ludovico Borromeo. Son las ruinas de este último castillo las que se pueden ver hoy en día en minicrucero, en barco o en catamarán propulsado por energía solar. Las ruinas emergen del agua y se reflejan en ella, creando un efecto mágico.
Los islotes rocosos se encuentran frente a la ribera del Cannero y han sido utilizados por pescadores y contrabandistas a lo largo de los siglos, tanto antes de que se construyeran las fortalezas como después de que se convirtieran en ruinas. Hoy ofrecen pintorescas vistas del lago y están habitadas por numerosas aves que anidan aquí.
Los castillos, impregnados de leyenda, son ahora joyas que pueden visitarse a través de una experiencia museística inmersiva única. La pureza de las aguas circundantes les ha valido la Bandera Azul.
Historia de los Castillos de Cannero
Entre 1403 y 1404, cinco hermanos Mazzarditi tomaron el control del pueblo de Cannobio y construyeron una fortaleza, llamada "Castello della Malpaga", para proporcionar una base segura y fortificada desde la que lanzar sus incursiones. Sin embargo, en 1414, el duque Filippo Maria Visconti, para poner fin a las incursiones y la violencia, arrasó el castillo. Posteriormente, entre 1519 y 1521, Ludovico Borromeo construyó la fortaleza "Vitaliana", llamada así en memoria de Vitaliano Borromeo, sobre las ruinas de la fortaleza de Malpaga para defender la zona alta del Lago Mayor de las incursiones suizas. En el siglo XVIII, los castillos fueron abandonados y se fueron derrumbando poco a poco. Las ruinas solo podían visitarse desde el exterior mediante minicruceros o excursiones en barco.
Los Castillos de Cannero en la Actualidad
Tras siglos de abandono, un ambicioso proyecto de restauración y mejora, posible gracias al compromiso de la familia Borromeo, ha dado a estas piedras, impregnadas de historia, una nueva voz. Hoy, los castillos pueden visitarse a través de una experiencia inmersiva única, que combina la auténtica historia con la innovación tecnológica. La visita se convierte en un viaje multisensorial donde las antiguas piedras hablan para contar siglos de batallas, vida cotidiana y leyendas. Un viaje que respeta la poesía de las ruinas, enriqueciéndolas con audioguías basadas en la ubicación, instalaciones de realidad aumentada y contenido interactivo diseñado para atraer a visitantes de todas las edades.