Saltar el menú
Arte y cultura
Emilia-Romaña

Los Farnesio en Piacenza

Un itinerario por la ciudad tras las huellas de la familia noble de los Farnesio.

3 minutos

Situada a orillas del río, punto de llegada de la gran Vía Emilia, Piacenza es la colonia latina más antigua del norte de Italia y, junto con la cercana Cremona, una de las ciudades de la Emilia más sorprendentes.

La ciudad, ubicada en un lugar fronterizo entre cuatro regiones, Piamonte, Lombardía, Liguria y Emilia Romaña, siempre ha sido un punto de paso privilegiado. Atravesada también por la Vía Francígena, recoge en sus museos numerosos hallazgos que narran una larga historia conformada por peregrinos, mercaderes, caminantes y nobles viajeros. Los fastos renacentistas de la gran dinastía de los Farnesio, que dominó la ciudad tras la creación del Ducado de Parma y Plasencia (1545) por parte del papa Pablo III Farnesio, enriquecieron Piacenza con obras de arte y lugares que no debes perderte.

La transformación del tejido urbano

La transformación del tejido urbano

Al implementar una política de centralización del poder y de control sobre la nobleza de las zonas rurales, los Farnesio obligaron a los nobles a residir en la ciudad, iniciando así una amplia transformación del tejido urbano, que pasó a contar con 120 nuevos palacios en poco menos de un siglo.

La ciudad se enriqueció, por lo tanto, con valiosos edificios con patios porticados, jardines escondidos, balcones, verjas y escaleras espectaculares que aún son testigos del importante legado histórico que el centro de la ciudad ofrece a quienes deciden visitar Piacenza.

Palacio Farnesio

Palacio Farnesio

Nuestro itinerario parte de la Piazza Cavalli, donde los monumentos ecuestres de Alejandro y Ranuccio Farnesio, obras maestras del Barroco, te dan la bienvenida con su majestuosidad y te guían para descubrir el cercano Palacio Farnesio.

Construido en la segunda mitad del siglo XVI bajo la dirección de Vignola, el imponente edificio, donde se cobijaron durante la Segunda Guerra Mundial muchísimas personas sin hogar, es hoy sede de los museos municipales.

Entre las numerosas obras de arte conservadas merece, sin duda, una mención el tondo de Botticelli, con la Virgen, el Niño y san Juan. La estancia que más que ninguna otra proclama la exaltación de la familia es, sin duda, la Sala dei Fasti Farnesiani (sala de los Fastos Farnesianos), con sus estupendas representaciones pictóricas.

Otros lugares emblemáticos y representativos de la riqueza y la historia de la ciudad son el Museo delle Carrozze y el Museo Arqueológico, que conserva el famoso hígado de Piacenza, un hallazgo etrusco vinculado a las prácticas de los sacerdotes arúspices.

Las residencias señoriales

Las residencias señoriales

Son numerosas las residencias señoriales que se suceden a lo largo de las calles del centro. Elegido por los Farnesio como residencia del Consejo de Justicia, el palacio Landi es el ejemplo más fascinante de residencia señorial del Renacimiento en Piacenza. No se quedan atrás el palacio Somaglia, el palacio Malvicini Fontana di Nibbiano, el palacio Scotti di Sarmato y muchas otras residencias señoriales de gran prestigio.

Los edificios eclesiásticos

Los edificios eclesiásticos

El fervor constructivo y el genio arquitectónico de los Farnesio no se agotó con la construcción de edificios residenciales o representativos, sino que su fructífera actividad artística también dejó su testimonio en la construcción de numerosos edificios eclesiásticos. La antigua iglesia de San Vincenzo, en Via Scalabrini, hoy utilizada como auditorio, alberga la sala de ensayos de la orquesta juvenil Luigi Cherubini, dirigida por el maestro Riccardo Muti, que llena de maravillosas armonías la llamada sala de Teatini, decorada con magníficos frescos.

A pesar de la fachada neoclásica que da a Stradone Farnese, la antigua iglesia de Sant'Agostino, hoy sede de una galería de arte, conserva en su interior uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista.

Otros lugares de incomparable belleza son el teatro Filodrammatici, en Via San Vito, la basílica de Santa Maria di Campagna y la iglesia de San Sisto.

Un espectáculo increíble, que hay que ver de cerca, es el sugerente ciclo de frescos realizado por Guercino en la primera mitad del siglo XVII en la cúpula de la catedral: subir sus 27 metros de altura para admirar de cerca la inmensa obra del maestro es una experiencia única.

Nuestro itinerario para descubrir Piacenza podría continuar indefinidamente. La ciudad es como un enorme cofre del tesoro que custodia, tras los muros de sus casas señoriales, un patrimonio de arte, historia y cultura que no deja de sorprender.

¡Ups! Hubo un error al compartir. Acepta las cookies de perfil para compartir esta página.