Resumen
Dos pequeñas islas unidas por un delgado puente, inmersas en una de las zonas protegidas más bellas de Italia, pero también envueltas en una macabra aura de misterio. El parque submarino de la Gaiola te espera a pocos kilómetros del centro de Nápoles, frente a la costa de Posillipo y el Parque Virgiliano.
Desciende el largo tramo de escaleras del descenso de la Gaiola hasta las cristalinas aguas de la reserva y disfruta del espectacular panorama. Solo unas brazadas o unos minutos en barco te separan de los islotes, quizá con un fondo transparente para admirar los tesoros ocultos bajo la superficie del agua. Los más atrevidos pueden sumergirse en esta especie de Atlántida local, entre restos arqueológicos y cuevas marinas. No es casualidad que el término Gaiola derive del latín cavea, cueva, pero también de la palabra napolitana para indicar una jaula.
Pero este paraíso terrenal esconde un lado oscuro. Se dice que el fantasma de Lucietta, esposa del alemán Hans Braun, propietario de la isla en los años 20 y que fue encontrada sin vida en su villa, sigue rondando por aquí. Poco después, su esposa se ahogó en un dramático accidente. Muertes repentinas, suicidios, secuestros y otras desgracias también se abatieron sobre los sucesivos inquilinos de la isla, desde Gianni Agnelli a Paul Getty.
Isola la Gaiola, Italia
