Montesarchio

Hay días en los que la niebla cubre la colina y lo único que emerge, misteriosa y distante, es su cima, con el castillo y la torre de vigilancia que parecen austeras centinelas. Esta es la magia de Montesarchio, un pequeño pueblo de Campania. Sus símbolos, los elementos que más hablan de su historia antigua, son el castillo, construido por los longobardos y modificado a lo largo de los siglos, y la torre: esta última era y en cierto modo sigue siendo el punto fuerte de las murallas que custodiaban la ciudad, nacida como torre de vigía y convertida después en bastión defensivo. También son ricos en historia y encanto Latovetere, un asentamiento fortificado que data de la época longobarda y que mantiene su topografía original, y Borgo San Francesco, cuya pieza central es el antiguo convento francescano.