Oria

Con los primeros testimonios que se remontan al siglo II a. C., Oria puede presumir de un origen muy antiguo, con los años creció en importancia hasta convertirse en la capital de la Messapia. Federico II amaba esta ciudad, y a su figura y al mito está ligado el Castillo con planta triangular, tres torreones, murallas bien conservadas y una plaza de armas muy extensa.

Rodeado por las murallas, se puede acceder al centro histórico por la puerta Taranto, conocida también como puerta de los judíos (en el siglo IX se estableció una importante comunidad judía que tuvo un papel fundamental en el desarrollo literario y científico de la ciudad) y por la puerta Manfredi, por la que se llega al corazón del centro. Entre plazas y calles estrechas de planta medieval, merecen una visita algunos palacios señoriales como el Sedile, el Palazzo Martini Carissimo (sede del Centro de Documentación Messapica, con restos arqueológicos hallados en la región) y el Palazzo Vescovile, que alberga el museo diocesano. La catedral, de aspecto barroco, se encuentra cerca. Merece una atención especial, entre las numerosas iglesias que se pueden visitar, el santuario de los santos Cosme y Damián, no muy lejos del centro.

El calendario de eventos propuesto por el municipio no tiene desperdicio

: entre ellos, el más importante es el desfile histórico de Federico II y el «Torneo dei Rioni», una recreación histórica celebrada en agosto que involucra a los cuatro barrios de la localidad (Castello, Judea, Lama y Santo Basilio) para ganar el palio.