Oricola

El Borgo de la Marsica occidental se encuentra en un terreno elevado en la frontera con el Lacio. El casco antiguo, con sus calles estrechas y sinuosas, se desarrolla en torno al castillo, que siempre ha sido un punto de referencia para los habitantes y el corazón de la vida de la ciudad. Los edificios de piedra son el telón de fondo de las pequeñas plazas donde los antiguos arcos de piedra caliza blanca son el marco de las viviendas, una arquitectura sencilla y lineal que ofrece sugestivas vistas de postal. Situado en lo alto del centro histórico, en una posición dominante sobre la ciudad, se encuentra el Castillo, la principal atracción para quienes llegan a Oricola. Los condes de Mar-si querían una fortaleza cuadrada, con poderosas murallas y con baluartes y puntos de observación en las cuatro torres para fines defensivos. Su aspecto actual se remonta a la segunda mitad del siglo XV. La excelente calidad del suelo favorece una notable abundancia y variedad de productos; en los verdes prados de los alrededores de Oricola crecen de forma silvestre diversas variedades de hongos epigeos.