Resumen
El pueblo es conocido sobre todo por su castillo, situado en la cima de una colina cerca del exuberante valle de Roveto, en el municipio de Balsorano, en un increíble entorno paisajístico.
Fue construido sobre los cimientos de otra estructura antigua y ruinosa, por Antonio Piccolomini, nieto del Papa Pío II, alrededor del año 1460, quien también asumió la baronía. Los Piccolominis mantuvieron la posesión del castillo hasta principios del siglo XVIII, cuando la familia se extinguió y la baronía de Balsorano pasó a manos del barón Testa, un noble romano. El castillo de Balsorano, propiedad de la familia Fiastri-Zannelli, hoy está gestionado por la Sociedad de Castillos de Italia, que sigue el modelo de los castillos de Francia e Inglaterra.
No si pierdes la visita a la antigua y evocadora iglesia dedicada a la Virgen de las Gracias. Su ubicación es espectacular, al lado de las orillas del río Liri; en la perfecta simbiosis de antigüedad y naturaleza, es posible admirar una verdadera joya del pasado, de la que se conservan el ábside circular con el altar intacto, la nave y la cúpula.
Junto a la iglesia se encuentra la torre renacentista, que fue utilizada como molino entre el siglo XVIII y principios del XX.