En 1999, durante unas obras de restauración en Via dei Fusari, salió a la luz un sorprendente descubrimiento de gran valor histórico: una habitación, totalmente pintada en una superficie de 180 metros cuadrados, que data de la segunda mitad del siglo XIII. Tras unos tres años de operaciones de limpieza, expertos, historiadores del arte y arqueólogos se toparon con una notable revelación que aportaría nuevos conocimientos a la historia del arte medieval. La cámara había sido taponada y rellenada con escombros en el siglo XIII y permaneció oculta durante siete siglos. Así, salieron a la luz colores y temas originales, junto con una arquitectura intacta, que dan testimonio de la escuela de Siena del siglo XIII y de sus exponentes más eminentes: Guido da Siena, Dietisalvi di Speme, Guido di Graziano y Rinaldo da Siena.