Resumen
Condecorada con la Bandera Naranja del Touring Club Italiano, prestigioso reconocimiento turístico-ambiental, la ciudad de Montecarlo se sitúa en el extremo oriental de la llanura de Lucca, donde el paisaje se eleva formando pequeños relieves cultivados con vides y olivos.
Precisamente de estas dos plantas se obtienen los dos productos estrella de la enogastronomía local: los vinos de la DOP Montecarlo y el aceite de oliva virgen extra de la DOC Lucca, apreciados y exportados a todo el mundo.
El curioso topónimo del pueblo de Montecarlo deriva de un episodio histórico concreto. Después de que el noble luxemburgués Giovanni I di Boemia ayudara a los luqueses a derrotar las amenazas procedentes de Florencia en torno al año 1331, los habitantes locales decidieron establecer un asentamiento en esta colina con el nombre del hijo de Giovanni, el futuro emperador Carlos IV de Luxemburgo.
El propio Carlos habría encargado la construcción de una poderosa fortaleza para defender el pueblo, en torno a la cual el pueblo se desarrolló gradualmente a lo largo de los siglos siguientes, tal y como se conoce hoy.
Entre las plazas y las callejuelas del núcleo antiguo de Montecarlo, más allá de las murallas del castillo, no puede faltar una visita a la parroquia de San Andrés y al «Teatro dei Rassicurati» (Teatro de los Tranquilos), aún mejor si es durante una de las representaciones programadas.
