Resumen
Si se busca un ejemplo de integración, Mazara es ideal. Lugar habitado desde siempre por italianos y extranjeros, mantiene un barrio árabe, la Casba, donde el estilo es el de antaño y la arquitectura y los aromas son típicos del norte de África. Paseando por el pueblo, uno se queda encantado con la belleza del paseo marítimo, donde se encuentra mirando las olas y viendo partir los barcos hacia quién sabe dónde. El arte también está vinculado al mar y este entrelazamiento se relata en el Museo del Sátiro Danzante. La famosa estatua, que da nombre al museo, fue encontrada por un barco de pesca en 1998, en la misma zona donde un año antes se había capturado una de sus patas. Tras una larga restauración, ahora se expone en el museo, contando a los visitantes su largo viaje desde el mar hasta sus ojos. Por último, Mazara es uno de los puertos pesqueros más importantes del Mediterráneo y la pesca está en el centro de su gastronomía: no hay que perderse sus famosas gambas rojas.
Piazza della Repubblica, 91026 Mazara del Vallo TP, Italia