Resumen
El centro de espiritualidad de Urbino
La Catedral de Santa María Asunta, principal lugar de culto católico de Urbino, es de fundación altomedieval, pero fue reconstruida en el siglo XV a instancias del duque Federico da Montefeltro según un diseño de Francesco di Giorgio Martini. Sin embargo, las obras continuaron a un ritmo lento y los dos terremotos de 1781 y 1789 dañaron la fachada y provocaron el derrumbe de la cúpula. Estas dos calamidades obligaron a los ciudadanos de Urbino a encargar a Camillo Morigia la construcción de la fachada neoclásica que, también tras la intervención de Giuseppe Valadier, luce en la actualidad siete estatuas de santos, entre ellas la de San Crescentino, patrón de la ciudad.
El interior es espacioso y solemne, dividido en tres naves. En la central se encuentra el altar mayor con la gran pintura de Cristoforo Unterberger y los bronces de Camillo Rusconi. Entre las diversas pinturas que decoran la iglesia, las más famosas son: La Traslación de la Santa Casa de Loreto de Claudio Ridolfi, El Martirio de San Sebastián de Federico Barocci y La Anunciación de Rafael Motta.
Las antiguas sacristías albergan el Museo Diocesano, que conserva el tesoro de la catedral. A lo largo del lado izquierdo de la iglesia, sin embargo, hay un pórtico de 1621 desde el que se accede al Oratorio de la Gruta, situado en la cripta de la catedral. Aquí podrás admirar el Cristo Muerto y la Madonna, una escultura de Giovanni Bandini.
