Abbazia di Sant'Urbano

Abadía de S. Urbano sull'Esinante: la iglesia románica más fascinante y misteriosa de Las Marcas

Es una de las abadías más antiguas e importantes de Las Marcas, construida en el valle de San Clemente, entre suaves laderas.
La abadía de Sant’Urbano en Esinante es una de las iglesias románicas que más intriga a los visitantes por su posición: está orientada hacia Jerusalén, símbolo de la luz y de lo divino.

Simbología y misterios

En la antigüedad, era una práctica común incluir elementos arquitectónicos simbólicos en los edificios religiosos. Suelen retomar conceptos de la astronomía y las matemáticas, y así fue en el caso de la abadía de Sant’Urbano: en su interior hay un ojo circular sobre el ábside, que ofrece un espectáculo único dos veces al año, el 25 de mayo y el 19 de julio, a primera hora de la mañana, cuando recibe un haz de luz que ilumina sus contornos.

Un efecto ciertamente buscado y estudiado, pero cuya razón real de ser no está clara. Para la taumaturgia, apoyar la nuca o la frente sobre el haz luminoso puede curar y proteger contra los dolores de cabeza. Pero también hay otras teorías según las cuales el ojo circular indica el poder del Santísimo Sacramento.

Un salto atrás en la historia

Sant'Urbano se encuentra en una posición aislada en la orilla izquierda del arroyo Esinante, afluente del río Esino, en el municipio de Apiro, en la provincia de Macerata.
La abadía benedictina, que supuestamente data del siglo X u XI, está dedicada a la patrona local, que ostentaba un gran poder religioso y civil. Las continuas disputas con las zonas vecinas llevaron a la quema del edificio en el siglo XIII. El complejo, que era un punto de referencia para los agricultores, sufrió daños pero no fue destruido por completo: posteriormente fue restaurado en su totalidad, siguiendo el modelo de Sant'Elena de Serra San Quirico.

En el siglo XIX, con la llegada de Napoleón Bonaparte, Sant'Urbano pasó a ser propiedad del Estado, antes de ser vendida a particulares y convertirse en una granja. Finalmente, en 1978, fue donado a su actual propietario: el ayuntamiento de Apiro.

¿Por qué es una abadía especial?

Nada más entrar en la Abadía de Sant’Urbano, te darás cuenta de la singularidad de su estructura arquitectónica: su trazado tiene tres naves sobre pilares, mientras que solo se conserva la parte central de la antigua fachada, que ha sido modificada en varias ocasiones.

Una de sus peculiaridades es la curiosa elevación del presbiterio, como consecuencia de la cripta. Esto da lugar a una mayor separación entre clero y fieles, típica de la arquitectura románica de la región.

Presta atención a los ocho capiteles, especialmente el del pilar derecho de la parte delantera de la iglesia, los cinco del coro y los cinco del muro de la contrafachada. Sus motivos geométricos y florales son impecables y recuerdan a la sala capitular de la abadía de San Salvatore en Valdicastro di Fabriano y a la iglesia de San Ansovino de Avacelli di Arcevia.