Descubriendo Génova, una ciudad marítima con una historia gloriosa

Los primeros asentamientos en el territorio genovés se remontan a la época prerromana: Publio Cornelio Escipión utilizó este lugar de desembarco para hacer frente a la invasión de Aníbal en el 218 a. C. y la ciudad fue posteriormente destruida por los cartagineses en el 205. Conquistada por Belisario, que la convirtió en ciudad bizantina, se convirtió en la capital del Ducado de Liguria en la época lombarda. Con su disolución, las principales familias genovesas tomaron el poder.

La autonomía de Génova llegó en el año 1000, cuando la ciudad se convirtió en una potencia mercantil con dominio indiscutible sobre parte del Mediterráneo, junto con Pisa. En 1162, las desavenencias entre Federico Barbarroja y Génova se acentuaron, pero la fuerza con la que la ciudad logró defender su independencia le valió el apodo de Soberbia. En la batalla de Meloria, en 1284, la flota de la República de Génova debilitó a la de la República Marítima de Pisa. Desde el siglo XIV al XVI fue el periodo de los dux y la tradición de Génova como ciudad de comerciantes y banqueros contribuyó a su florecimiento artístico y arquitectónico, con la construcción de numerosos palacios, hoy patrimonio de la UNESCO.

En el siglo XVII, la ciudad se enfrenta a los objetivos expansionistas de los Saboya y, a finales de siglo, estableció relaciones políticas y comerciales con Francia.

Génova no se libró de Napoleón Bonaparte y su dominio, pero con el nacimiento del Estado italiano en 1861, recuperó su hegemonía al entrar en el triángulo industrial italiano con Milán y Turín.

Debido a su posición central en la vida económica del país, fue objetivo de la Segunda Guerra Mundial y tuvo más de 11 000 edificios destruidos o dañados. A continuación, desempeñó un papel destacado en la resistencia partisana.

Génova es una ciudad de abrumador encanto, encajonada entre la montaña y el mar y con un pasado de cruce entre diferentes pueblos y culturas que han relatado varios poetas, escritores y cantautores. ¿Qué ver en Génova? Una miniguía de los puntos de interés favoritos de los turistas:

• El Acuario de Génova, la principal atracción turística de la ciudad, es el mayor acuario de Italia y el segundo de Europa después del de Valencia, un destino perfecto para grandes y pequeños. Una vez fuera, no podréis evitar pasear por el puerto antiguo de Génova, sede de eventos culturales, turísticos, musicales y deportivos: merece la pena hacer una parada.
• El palacio ducal de Génova, uno de los más antiguos de la ciudad, es hoy un lugar de exposiciones mientras que el palacio real es uno de los palacios de la ciudad, patrimonio de la UNESCO, y parada obligatoria para los amantes del arte.
• Por último, la iglesia del Gesù, construida por los jesuitas en el siglo XVI, alberga las obras de los principales artistas barrocos genoveses;

Si el tiempo lo permite, tampoco deberías perderte: vía Garibaldi, el palacio Spinola, la catedral de San Lorenzo y todos los característicos caruggi de Génova.

Los que viven allí siempre dicen que no hay meses suficientes para terminar de conocer Génova. Pero experimentar lo necesario ayuda. ¿Qué hacer en Génova después de haber visitado el Acuario?

Una visita obligada al menos una vez es el ascensor de la explanada de Castelletto, uno de los más populares porque conduce a uno de los miradores más impresionantes de la ciudad.

Una visita al museo de los faroles de Génova dejará un magnífico recuerdo en quienes apreciáis las exposiciones multimedia con historias y testimonios sobre Génova y su provincia.

Por último, la casa de los cantautores genoveses es una oportunidad para descubrir la influencia de la ciudad en la canción italiana.

La tradición gastronómica de Génova es rica y variada, reconocida por su sencillez y su indisoluble vínculo con los productos de la tierra. ¿Qué comer en Génova? Echa un vistazo a esta lista para darte cuenta de que tienes mucho donde elegir:

• Inevitablemente, comienza con el pesto alla genovese, la famosa salsa a base de albahaca que se utiliza para condimentar los trofie, pero también los testaroli, considerados el tipo de pasta más antiguo.
• Hablando de primeros platos, los pansotti, una deliciosa pasta con forma de triángulo y un relleno de verduras que, cubierta con una salsa de nueces y crema son igualmente deliciosos.
• No se puede decir Génova sin decir focaccia. La genovesa se come en el desayuno con los cappuccinos y luego está la focaccia de Recco, que se ha convertido en parte de la tradición genovesa D.O.C.: una deliciosa y fina focaccia de queso que hará que te reconcilies con el mundo y, por último, la farinata genovesa, una crujiente y fina mezcla de harina de garbanzos y aceite cocinada en un horno caliente.
• Entusiastas de los segundos platos, os presentamos la cima genovesa, una parte de ternera rellena con huevos, guisantes, piñones, partes de la propia carne, hierbas silvestres y queso, que satisfará a los más exigentes.

Pero la cosa no acaba aquí. Otra de las especialidades que no debes perderte es el pastel verde de Liguria; callos a la genovesa y el bacalao a la genovesa. Probadlo para creerlo.

Polifacética y con mil alternativas, Génova es una ciudad ecléctica como pocas.

 Son numerosos los lugares inusuales de Génova, empezando por villa Durazzo Pallavicini: una histórica residencia aristocrática concebida como un recorrido escénico-teatral en tres actos, situada en las laderas de Génova Pegli.

También es muy característico el cementerio monumental de Staglieno, uno de los más importantes de Europa.

No puedes perderte el palacio de la Meridiana de Génova, un importante testimonio de la renovación arquitectónica genovesa con finos frescos y decoraciones. El ascensor castillo d'Albertis-Montegalletto es otro particular sistema de transporte público, una mezcla de funicular y ascensor, para llegar al castillo con el museo de las culturas del mundo. También te recomendamos las artesas de Santa Brigida y el barrio del Carmine.