Cori: un cofre del tesoro en los montes Lepinos
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Historia y curiosidades
Según la leyenda, fueron Dardano de Oriente y Corace de Argos quienes fundaron la ciudad. Sin duda, este lugar, con asentamientos que se remontan a la Edad de Bronce, fue habitado por los volscos, luego se convirtió en colonia latina y, a partir del siglo V, romana. Siempre mantuvo una relación especialmente leal con Roma, como demuestra la presencia de la estatua de la Minerva Capitolina del templo cottiano de los Dioscuros, cuya copia puede admirarse, tras la donación por parte de la ciudad de Roma en 1999, en el museo de la ciudad. Desde siempre un municipio libre, aparte de un breve periodo a principios del siglo XIII en el que fue gobernado por Pietro Annibaldi, la ciudad está dominada por el Templo de Hércules, que corona tramos de murallas poligonales durante unos dos kilómetros y medio. También son dignos de mención los restos del Templo de Cástor y Pólux, o las valiosas obras que adornan iglesias y conventos, prueba de la importancia histórica de Cori debido a su ubicación aislada entre fértiles valles.
Qué ver: los lugares que no debes perderte
Al llegar a Cori, la disposición piramidal de los edificios nos lleva a la cima de la colina, hasta llegar al Templo de Hércules, un monumento situado en la cima de lo que fue la antigua acrópolis y desde el que podemos disfrutar de unas vistas impresionantes. Desde el templo se puede ver la marcada división de Cori entre el monte y el valle, no solo física sino también entre sus ciudadanos, dada la acalorada rivalidad existente entre los vecinos. El templo de Hércules, de estilo dórico puro y que data del siglo I a. C., conserva intacta la fachada tetrástila. En el dintel de la puerta están esculpidos los nombres de los magistrados que encargaron la obra: Marco Maglio y Lucio Turpilio. Volviendo al valle, frente al ayuntamiento, se encuentra el complejo de Sant'Oliva, que alberga, dentro del antiguo convento agustino, el Museo della Città e del Territorio. La iglesia de Sant'Oliva, construida sobre los restos de un templo pagano, está finamente pintada al fresco con escenas bíblicas que datan de finales del siglo XV. El Museo della Città e del Territorio, inaugurado en 2000, alberga una valiosa colección de hallazgos arqueológicos y exposiciones que atestiguan la evolución de Cori a lo largo de los siglos. El recorrido entre el claustro y el antiguo convento agustino también merece una atención especial desde el punto de vista arquitectónico. Por su parte, en el exterior del complejo de S. Oliva, a los pies de la estatua de la Victoria, aflora uno de los tramos más evocadores de los muros ciclópeos que antiguamente protegían la ciudad.
Tres ideas sobre qué hacer
- Visita a las bodegas. El vino representa una tradición muy antigua de Cori. Encontramos la respuesta en las fértiles colinas que dan vida a variedades autóctonas muy apreciadas en el panorama enológico nacional, como Nero Buono o Bellone di Cori. Compiten por la hegemonía vinícola de la ciudad las bodegas Marco Carpineti, Cincinnato y Pietrapinta, que también ofrecen sofisticadas y refinadas experiencias enogastronómicas a lo largo de la Ruta del Vino, el Aceite y los Sabores que recorre la zona.
- Pasear por las callejuelas de Cori. Desde piazza Signina se puede dar un paseo para llegar al Templo de Hércules atravesando las pintorescas callejuelas del centro histórico. A lo largo del recorrido, a menudo adornado con banderas locales, es posible encontrar una antigua fuente donde, según la tradición, se bañó Federico Barbarossa. Al llegar al Templo de Hércules se abre una hermosa vista sobre la Llanura Pontina, donde podrás refrescarte al atardecer. Bajando hacia el valle de Cori a pie, es posible llegar a los restos del templo de Cástor y Pólux y a la piazza del Pozzo Dorico, desde donde podrás tomar la via Ninfina hasta llegar al Ponte della Catena.
- Asistir al carrusel histórico. Una de las recreaciones más cuidadas y sugerentes es, sin duda, el Carrusel Histórico de los Rioni di Cori, que desde 1937 recuerda las celebraciones de la Virgen del Soccorso, que se apareció en Cori en 1521, y de Sant'Oliva, patrona de la ciudad. En esta fiesta toman parte alrededor de 400 participantes enfundados en trajes de época que datan de la primera mitad del siglo XVI. Damas, caballeros, pajes y priores desfilan por la ciudad antes de la emocionante carrera del anillo en la que las tres puertas se disputan el Palio entre las hazañas de los famosos abanderados de Cori.
Qué comer en Cori: 5 especialidades
El jamón cocido al vino. Un jamón cocido verdaderamente único, cuya preparación se ha transmitido de generación en generación. El jamón es fácilmente reconocible por su sabor aromático derivado del uso de algunas hierbas para la cocción junto con el preciado vino producido en Cori.
El aceite y las aceitunas. Gracias a los olivos centenarios, se produce un delicado aceite de oliva virgen extra y unas preciadas aceitunas «itranas» también llamadas «aceitunas de Gaeta». El aceite de Cori es un orgullo para el pueblo. Ha sido galardonado tanto en Italia como en el extranjero y forma parte de la DOP Colline Pontine.
Los palitos almendrados, las características galletas secas elaboradas con el vino de Cori, sintetizan la cultura gastronómica local: se siguen preparando artesanalmente y son un cierre de comida excelente para disfrutar en compañía.
El pan de Cori es uno de los productos más exportados en toda la provincia de Latina. Acompaña a embutidos o quesos y alcanza su máximo esplendor en la «panzanella». Es excepcional su uso en el «pà sotto con gli fasói», una sopa local en la que las rebanadas de pan se cubren con alubias.
El vino de Cori. La denominación Igt Lazio y varios premios y reconocimientos convierten a Cori en una de las localidades de los montes Lepinos de la provincia de Latina más reconocidas por sus vinos de calidad. La suavidad del clima que rodea las colinas circundantes favorece la viticultura y las principales variedades de uva que caracterizan la producción de vino son Bellone y Nero Buono di Cori, con las que se producen el «DOC Cori Rosso» y el «Cori Bianco».
Los lugares insólitos
Además de los puntos de interés que ya hemos comentado, Cori alberga un verdadero tesoro del arte medieval conocido como la «Cappella degli Scrovegni del Basso Lazio», situada dentro del Oratorio de la Santísima Anunciación. Considerado uno de los grandes atractivos del Lacio, el pequeño oratorio, situado al borde de la carretera, representa una de las decoraciones pictóricas tardogóticas más importantes del Lacio. La capilla de la Anunciación se puede visitar previa solicitud poniéndose en contacto con la Proloco local y está gestionada por la Dirección Regional de los Museos del Lacio.
El pueblo de Giulianello, una pequeña localidad situada a 8 km de Cori, tiene una larga historia que se remonta a la familia Giulia. En el pueblo todavía se conservan los restos de la antigua puerta de entrada, el palacio señorial «Castello Salviati» y la iglesia del siglo XVI dedicada a San Juan Bautista. Cerca del pueblo se encuentra el lago de Giulianello. Declarado monumento natural en 2007, es un lugar ideal para pasear en plena naturaleza.
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