Emilia Romaña: 4 etapas entre bienestar y deporte

Nuestro recorrido comienza en la parte norte de Rímini, más concretamente, en Valmarecchia, el antiguo señorío de la familia Malatesta. 

Se recorre una ruta ciclista desafiante, pero divertida para los ciclistas que disfrutan de pendientes vertiginosas.

El relax llega en Santarcangelo di Romagna, un pueblo de buen vivir. Aquí podrás recuperar el aliento, a la sombra de la imponente fortaleza Malatesta.

La ruta sobre dos ruedas continúa en dirección al espolón rocoso sobre el que se suspende el pintoresco pueblo de Poggio Torriana. 

Presta atención a los últimos 2 kilómetros de subida: la pendiente es del 18%. No es de extrañar que se conozca como desamor.

Todavía no es el momento de relajarse. Pedalea por el valle del Marecchia, a lo largo del río que desemboca en el mar en Rimini, hasta llegar a Verucchio, uno de los pueblos más bellos de Italia, dominado por el Malatesta. 

Luego, una parada en el extranjero, pero cerca: San Marino. Ahora ya lo has conseguido. Después de esto, el camino es todo cuesta abajo. Ciertamente largo y accidentado, pero hacia Rimini.

Después de tanto esfuerzo, ¡por fin un merecido descanso! 

Las rutas del bienestar en Emilia Romaña pasan por las Termas de Riccione, que son buenas no sólo para el tratamiento de diversas patologías, sino también para desintoxicar y depurar el organismo. Con sus aguas ricas en azufre, yodo, magnesio, bromo y cloruro de sodio, las fuentes termales favorecen la relajación neuromuscular y tienen efecto regenerador antiinflamatorio sobre el tejido articular y los cartílagos. Por lo tanto, resultan ser la ayuda ideal después de sudor en las tres etapas anteriores.

Los baños de barro, los tratamientos y los masajes cumplen la promesa de un viaje que comenzó con actividad física y termina con el bienestar.