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Naturaleza
Calabria, San Francisco de Paula

La «Via del Giovane» en el Camino de Francisco de Paula, en Calabria

Tipología
ruta a pie
Duración
3 días
Número de etapas
3
Dificultad
Medio

Caminar por la Via del Giovane no es solo sumergirse en un recorrido con una marcada identidad religiosa, sino también dejarse abrazar por suntuosos bosques de hayas y castaños centenarios y abrir la mirada al horizonte sobre las vastas colinas del Parque Nacional del Pollino. Estamos en esa parte del Pollino que mira a la costa del Tirreno, conformada por altozanos que dominan el valle del Crati, salpicados de antiguas iglesias, santuarios y monasterios.

El itinerario de 49 km está certificado por el Touring Club Italiano y forma parte del más largo de los Caminos de Francisco de Paula (247 km), santo ermitaño fundador de la orden de los Mínimos. Para Francisco fue un camino marcado por la inquietud, durante el cual sintió arder en su interior el fuego de la vocación y el deseo de dedicar su vida a la religión, pero al mismo tiempo la incertidumbre de no saber cómo hacerlo. La primera etapa, la de la iluminación, es el pequeño y antiquísimo pueblo del interior llamado San Marco Argentano, a unos 420 metros sobre el nivel del mar. Desde aquí llegamos a Cerzeto, un municipio de etnia, lengua y cultura italoalbanesa, para dirigirnos a continuación hacia el mar Tirreno atravesando la cadena costera hasta llegar a las evocadoras vistas del santuario de San Francisco de Paula.

El trazado se desarrolla casi en su totalidad sobre un camino de tierra, sin puntos peligrosos.

San Marco Argentano

San Marco Argentano

Iniciamos la ruta en San Marco Argentano, un pueblo antiquísimo, entre las colinas del valle del Crati. El pueblo es uno de los centros artísticos y culturales más importantes de la provincia. Podrás comprobarlo paseando por el centro histórico, ornamentado con la catedral normanda de San Nicolás, reconstruida en estilo barroco, la torre normanda y la iglesia y convento de la Reforma, una de las muestras de arquitectura franciscana más antiguas de Calabria. Precisamente desde aquí parte el camino de la Via del Giovane, que en la primera etapa alcanza, a la altura de Aria del Vento, uno de los panoramas más sugestivos del valle de los Crati, el macizo del Pollino y los montes del Orsomarso. Una vez en el territorio de Osticano, nos adentramos unos cien metros en el bosque para admirar un gigantesco castaño monumental de más de mil años de edad, con un tronco que mide más de 11 metros de circunferencia: es el llamado Patriarca de Kroj Shtikán.

Cerzeto

Cerzeto

La segunda etapa es más exigente porque afrontaremos algunos desniveles importantes. Partimos de Cerzeto, no sin antes visitar el Museo Etnográfico Arbëreshë que recoge testimonios de la población de procedencia italoalbanesa (conocidos como arbëreshë) de la que el pueblo es un antiguo enclave. Retomamos el trayecto y subimos hacia Osticano y Cozzo Sant'Elia. Después del puerto del Malpassaggio, se abre ante nosotros un panorama impresionante mientras seguimos caminando por la cresta y atravesamos un bosque mixto de castaños y robles. Una vez llegados a las faldas occidentales de Serra dei Muli, nos sumergimos en un majestuoso hayedo secular para ser literalmente tragados por la espesura. Después del Passo de la Guardia, no te puedes perder el haya de San Francisco: se dice que el santo hizo una parada bajo este imponente árbol en el camino desde su convento hasta el de San Marco Argentano. El bosque de Cinquemiglia, uno de los hayedos más grandes de Calabria, es el lugar ideal para hacer un alto y sumergirse en cuerpo y alma para escuchar a la naturaleza. Desde aquí llegaremos al refugio Bosco Cinquemiglia, donde finaliza la etapa.

Paula

Paula

La tercera y última etapa es la más larga y exigente. El punto de partida es el refugio Bosco Cinquemiglia y, después de unas nueve horas de camino, llegaremos al santuario de San Francisco, cerca del pueblo de Paola. El último tramo de la etapa es increíblemente evocador. Desde la cima de Cozzo Cervello (1389 metros, el punto más alto del Camino) seguimos la cresta durante unos 200 metros hasta llegar a un maravilloso punto panorámico que abarca la costa del Tirreno y el valle del Crati. El paso montañoso está en la intersección de la Croce di Paola y Montalto. Según la tradición, por aquí transitaba San Francisco para llegar a Montalto Uffugo. Durante el descenso, a una altitud más baja, las hayas dan paso a los abetos y luego a los pinos marítimos. Más adelante encontramos pedregales suavizados por el maquis y, tendido más allá de los tejados del santuario, el mar.

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