Resumen
El santuario de san Francisco de Paula se encuentra en una garganta del torrente Isca, exuberante de vegetación, en el lugar donde Francisco fundó la capilla dedicada a Francisco de Asís. Punto de llegada de la Via del Giovane (Vía del Joven) del Camino de San Francisco de Paula, es también destino de peregrinación desde Calabria y todo el sur de Italia. Se llega al santuario desde una plaza panorámica con un obelisco y nos encontramos frente a un complejo de edificios. La iglesia, de estilo gótico, es rica en episodios artísticos y recuerdos religiosos, entre los que destaca una tabla que representa a san Francisco de Asís y la urna que custodia las reliquias del santo, que milagrosamente sobrevivieron a un incendio en Tours, en Francia, y posteriormente se trasladaron a Paula. Desde el claustro de doble arco se pasa al convento, que cuenta con una riquísima biblioteca y pinturas renacentistas y barrocas, que en parte está sostenido por un arco que cruza el torrente. Una vez fuera de la iglesia se llega a la «zona de los prodigios», que reúne algunos de los lugares donde san Francisco de Paula realizó sus milagros más famosos: un horno donde el santo salvó a un cordero de las llamas, un manantial que hizo brotar de una roca, el puente y la piedra del diablo. Bajando unos escalones se llega a la cueva, un lugar que fue refugio de Francisco, donde solía reunirse en meditación y oración. Y, por último, en 2007 se construyó una gran basílica nueva junto al antiguo santuario para acoger a los peregrinos.
Largo S. Francesco di Paola, 87027 Paola CS, Italia