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Deliceto

Resumen

El pequeño pueblo de Deliceto se levanta en la cima de una colina, desde la que antiguamente se controlaba el territorio para defender la ciudad de ataques e incursiones, y donde hoy se detiene uno a admirar el verde paisaje circundante que se caracteriza por una rica presencia de bosques de robles, maquis mediterráneo, olivares y viñedos, así como avellanos, perales silvestres y fresnos; su flora también se distingue por la presencia de orquídeas silvestres. La historia y la identidad del pueblo afloran en lo que es su símbolo, el Castillo, en el que, a lo largo de los siglos, han vivido señores normandos, suevos, angevinos y aragoneses, y que se ha ido transformando progresivamente conservando siempre su función militar. Declarado monumento nacional en 1902, su parte más imponente es el Torrione y las dos torres, la del Molo y la del Parasinno, que aún se conservan bien y están unidas por una pasarela que todavía se puede recorrer. La leyenda cuenta que en el sótano se escondía la maquinilla de afeitar, instrumento de muerte para los ladrones.

Deliceto

71026 Deliceto FG, Italia

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