Resumen
El pueblo de Controguerra, uno de los territorios con más identidad de la enología de los Abruzos, fascina con sus suaves colinas repletas de extensiones de viñedos y olivares, que dibujan un paisaje fascinante que atrae y dirige la mirada hasta la costa.
La ciudad, en su preciosa posición montañosa entre el mar y los Apeninos, alberga numerosos restos arqueológicos, lo que confirma su historia milenaria, que tiene su origen ya en la época prehistórica. El pueblo aún conserva un animado alma medieval, que se puede descubrir recorriendo las antiguas murallas hasta el Torreón, la estructura de estilo renacentista más emblemática del centro histórico, que domina toda la vista sobre el Valle de Vibrata. El viaje continúa por las callejuelas, en las que te recomendamos perderte y admirar interesantes edificios de carácter religioso, como la pequeña iglesia de San Francisco, antigua sede de un convento, y la iglesia de Santa Maria delle Grazie, a las afueras del centro histórico.
En Controguerra, el encanto de los numerosos testimonios arquitectónicos se funde con la vocación enogastronómica del territorio. Además de ser el destino perfecto para los amantes de la buena comida, el pueblo acoge cada año numerosos eventos enogastronómicos, como la Festa del Vino y el Wine Bike, dos de los eventos más esperados del verano teramano. A través de ellos podrás descubrir las dos caras complementarias de la ciudad: el centro histórico y los paisajes vitivinícolas que enmarcan.
64010 Controguerra TE, Italia
