En Venecia durante la Fiesta del Bocolo y de San Marcos, dos experiencias inolvidables

Originalmente, en Venecia, la Fiesta del 25 de abril era solo una de las tres fechas dedicadas a san Marcos. La primera se celebraba el 31 de enero, día en el que en el 828 llegaron a la ciudad las reliquias del santo. Los mercaderes venecianos Rustico da Torcello y Bono da Malamocco, junto con el sirviente Basilio, robaron sus restos en Alejandría y los llevaron a Venecia escondidos entre frutas y carne de cerdo.

La segunda fiesta dedicada a san Marcos era el 25 de junio, en recuerdo del hallazgo de las reliquias perdidas. Según la leyenda, durante la misa para consagrar la nueva basílica construida en honor del santo en 1094, una de las columnas se rompió revelando los huesos de san Marcos escondidos en su interior.

Finalmente, la tercera y última, así como la única que todavía se celebra hoy en día, la Fiesta del 25 de abril, instituida por la República de Venecia. La Serenísima (apelativo de la ciudad que indicaba el clima de paz y serenidad de la misma, además del dominio indiscutible en el comercio) festejaba a su santo patrón, que había ocupado el lugar de san Teodoro, en el día de su muerte.

Existe una antigua leyenda que vincula indisolublemente la figura de san Marcos a Venecia, cuyo símbolo es el león alado que representa al evangelista.

En efecto, mientras Marcos navegaba hacia Alejandría, una tempestad lo arrojó sobre las costas cercanas a Venecia, donde fue acogido en una cabaña de pescadores. Tras quedarse dormido, al evangelista se le apareció un ángel en forma de león alado que le reveló que un día, allí mismo, encontraría su descanso eterno.

Hoy en día, la Fiesta de San Marcos de Venecia es menos espectacular que antaño, pero sigue siendo muy sugerente. De hecho, antiguamente, toda la ciudad, siguiendo a las principales autoridades de la República con el dux (máximo representante político de la ciudad ) a la cabeza, desfilaba por las calles en procesión. El vínculo con el dux hoy se ha desvanecido y la fiesta es sobre todo religiosa.

Son dos las principales celebraciones presididas por el patriarca. La primera es una misa solemne celebrada en la basílica de San Marcos a las 10:30. Se repite en las vísperas, celebradas a última hora de la tarde. El mismo día, en la sala del Maggior Consiglio del palacio Ducal, se entrega el Premio Fiesta de San Marcos a las personalidades venecianas que se hayan distinguido a lo largo del año.

El día de la Fiesta de San Marcos se celebra también la Fiesta del Bocolo, es decir, cuando los enamorados regalan a sus noviasy amadas un capullo de rosa roja. El término «bocolo», en veneciano, significa precisamente capullo.

La tradición hunde sus raíces en las leyendas de los paladines de Francia que luchaban contra los moros en Tierra Santa. A ellos se unió el joven trovador veneciano Tancredi, un muchacho de clase baja enamorado de la hija del dux Orso I Partecipazio, la bella María, apodada Vulcana. El amor era correspondido pero le ponía trabas el propio dux, que sugirió al amado cubrirse de gloria en la guerra para ganarse su favor. Tancredi partió, pero no regresó. Herido de muerte cerca de un rosal, cortó un capullo de rosa blanca que se tiñó de su sangre. Con la flor en la mano, le pidió a su amigo Orlando que se la llevara a su amada. Orlando llegó a Venecia para la Fiesta de San Marcos y entregó la rosa a Vulcana, que comprendió enseguida el triste destino de su amado. Al día siguiente fue encontrada muerta con la rosa entre las manos. De este modo, la rosa roja se convirtió en una prenda de amor eterno entre los enamorados venecianos.

Otra leyenda del capullo de san Marcos habla de un amor con final feliz. Narra la historia de Basilio della Giudecca, al que se le había concedido un rosal que crecía cerca de la tumba del evangelista. A su muerte, el rosal marcó el límite entre las dos partes de la propiedad heredadas por sus hijos. Se marchitó cuando surgieron desavenencias entre las dos ramas de la familia, pero floreció cuando dos jóvenes de las familias rivales se enamoraron.

La fiesta del 25 de abril de Venecia es también el mejor momento para probar la tradición culinaria de la ciudad de la laguna. El día de la Fiesta de San Marcos se suele comer «risi e bisi», es decir, arroz y guisantes. Según la tradición, esta sopa se introdujo en Venecia en la época bizantina y el 25 de abril se servía a los dux.

Aprovecha la oportunidad para degustar otras especialidades venecianas tradicionales, como el bacalao cremoso, las «lasagnette» en tinta de sepia y las «sarde in saor». Mientras paseas por el centro, prueba también las sabrosas «fritoe», deliciosos buñuelos con pasas recubiertos de azúcar.