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San Basilio

Resumen

Las dunas fosilizadas de Sant'Ariano

No son las habituales colinas aisladas... ¡qué historia esconden!

No son llamativos, pero en el horizonte absolutamente plano del Delta del Po destacan como pequeñas islas en la extensión de los campos de trigo que cambian bajo la brisa del mar. Son las dunas fosilizadas de Sant'Ariano en Polesine, que se extienden entre San Basilio y Grillara: "dunas" porque son formaciones arenosas; "fósiles" porque son testigos de una antigua costa. Es bien sabido que el río se adentra cada vez más en el mar Adriático, ensanchandose en forma de abanico. Estas nuevas tierras son el resultado del depósito de materiales transportados por la corriente y aquí hay una prueba tangible de ello. De hecho, desde la época de los etruscos hasta la actualidad, se han identificado siete líneas de costa, cada una de ellas con un cordón de esas dunas que son las principales características del litoral adriático. Por supuesto, a lo largo de los siglos casi todas estas formaciones han sido desmanteladas, en parte por la erosión natural, pero sobre todo para hacer sitio a la agricultura y, al mismo tiempo, suministrar a la industria de la construcción una materia prima necesaria. Por lo tanto, los pocos que afortunadamente se salvaron deben ser considerados preciosos testigos del pasado y, como tales, ahora están protegidos.

 

Por qué es especial

Las dunas fósiles de Sant'Ariano cuentan una historia que va mucho más allá de su valor naturalista. En su extremo sur, de hecho, se encuentra la pequeña Iglesia medieval de San Basilio, que data del siglo IX-X para ser exactos, es decir, de la época en que la única vía de comunicación en las imprecisas tierras del Delta del Po era la vía Popilia, un camino costero trazado por los romanos entre Adria y Rávena y que en aquella época era frecuentado por los peregrinos que bajaban a Roma. La pequeña Iglesia, construida por los benedictinos de la cercana abadía de Pomposa, se levanta en el emplazamiento de un antiguo lugar de culto cristiano que data del siglo IV d.C. Así, resulta que en aquella época San Basilio era un importante puesto comercial para una gran extensión de territorio. Las mercancías llegaban de la cuenca mediterránea y de aquí subían al continente, y viceversa. Los arqueólogos han tenido mucho trabajo.

 

No hay que perderse

Un edificio de ladrillo con una forma esencial, que armoniza bien con la antigua Iglesia de San Basilio: así se presenta el Centro Cultural de San Basilio, que alberga el Museo Arqueológico de San Basilio. Las piezas más antiguas son cerámicas de producción local encontradas en un asentamiento que data de los siglos VI-V a.C., y que se remontan a la época en que la civilización paleoveneciana entró en contacto con los griegos y los etruscos. Sin embargo, la pieza central de la colección es el material procedente de la excavación de una villa romana, construida en la época de la primera Vía Popilia a pocos centenares de metros de San Basilio y documentada hasta el siglo V d.C. Además de piezas arquitectónicas, encontramos lámparas de aceite de diversas formas, finas cerámicas de mesa, botellas y vasos de vidrio soplado, agujas y alfileres de hueso o cuerno... y, por último, una sección numismática, dedicada a un "tesoro" de monedas sacado a la luz después de dos milenios durante la excavación.

 

Un poco de historia

El concepto de isla se aplica perfectamente a las dunas fósiles del Delta del Po y es el naturalista quien explica por qué. Una duna costera, de hecho, pasa por una fase inicial en la que es "blanca", es decir, formada solo por arena y por ello se mueve, aunque de forma casi imperceptible, bajo el empuje del viento. Entonces las dunas se vuelven "grises" en el sentido de que ciertas plantas pioneras arraigan, iniciando un proceso de estabilización que a la larga ve cómo arbustos como el enebro toman el relevo, y finalmente árboles como la encina, un roble mediterráneo de hoja perenne, o los pinos marítimos, estos últimos, sin embargo, por la mano del hombre. Y con la vegetación se instala paralelamente una fauna cada vez más compleja, desde insectos hasta animales superiores. Así, al final de un proceso que dura milenios, las dunas "fosilizadas" se transforman en una isla de biodiversidad en el monótono mar de la campiña polesa.

 

Curiosidad

Hay que tener un poco de ojo, pero la perseverancia puede verse recompensada con un par de avistamientos memorables. La primera y más probable se refiere al abejaruco (Merops apiaster), un pequeño pájaro de plumaje multicolor que se caracteriza por cazar insectos en vuelo -sobre todo abejas y avispas, como sugiere su nombre científico, pero también libélulas y mariposas- que sostiene en su pico cuando luego se posa en ramas desnudas o en cables de luz. El segundo avistamiento posible, aún más emocionante, podría ser con el arrendajo marino (Coracias garrulus), similar a un cuervo pero con un plumaje en el que predomina un turquesa que deja boquiabierto. Ambos son migrantes de larga distancia: desde el Delta del Po, donde anidan, con una preferencia específica por las dunas fosilizadas de Ariano, hasta el África Ecuatorial, donde invernan, y esto es suficiente para considerarlos huéspedes ilustres.

 

Credit to: Vis M

San Basilio

45012 San Basilio RO, Italia

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